1. Todas disfrutamos de mi hermano


    Fecha: 07/10/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: LaPamela, Fuente: CuentoRelatos

    ... en principio, pero luego cuando le empecé a detallar todos los hechos, empezamos a cerrar cabos y ella también termino tan excitada como yo.
    
    Solo de contarlo me volví a calentar tanto que se me notaba a simple vista. Ella se dio cuenta de eso claro, me conoce demasiado bien. Entonces me tomo de la mano y me llevo para su dormitorio donde de inmediato sentí sus dedos rodear mi cuerpo, su boca en la mía y sus pechos contra los míos. Mmmm como lo necesitaba un poco se sexo, mi amiga sabía muy bien como satisfacerme. Nos dejamos caer en la cama mientras nos besábamos y nuestras manos exploraban los nuestros cuerpos. Me giro sobre ella y me hizo sentarme sobre sus caderas, entonces tomo mi vestido corto desde la falda y me lo quito por encima. Mis tetas estaban más grandes de lo normal y mis pezones muy duros, su boca no tardo en ir hacia ellos y empezar a chuparlos y lamer.
    
    No era la primera vez que teníamos sexo, nuestras relaciones se remontaban a la adolescencia cuando tuvimos nuestras primeras experiencias; desde entonces y hasta ahora cada tanto tenemos nuestros revolcones cada vez más lindos a medida que ganamos experiencias. Para esta vez ya hacía tiempo que no disfrutaba su cuerpo desde que tenía nuevo novio me había dejado de lado. Pero se estaba resarciendo y de qué manera. Me hizo tumbar en la cama y su cara se hundió en mi sexo, su boca experta me arranco un orgasmo en pocos minutos, pero no dejo de chuparme, sus dedos se clavaban bien profundo en mi concha, ...
    ... no sé si 3 o 4 o toda la mano, pero me hacía chillar de placer. La gire sobre mi cuerpo y nos dispusimos en 69 para poder saborearla a ella de igual manera. Me costó un buen rato devolverle un orgasmo pero cuando exploto me mojo toda con sus jugos su cuerpo temblaba como una hoja sobre el mío y nos abrazamos de nuevo y nos volvimos a besar como nos gusta.
    
    Después una ducha rápida y nos fuimos a almorzar fuera, ya era casi el medio día para entonces. No podíamos dejar de hablar del tema de mi madre y mi hermano; ella me seguía preguntando y yo contando y recontando lo mismo, tratando de no olvidar ningún detalle de lo visto.
    
    Después de este reponedor almuerzo y un rico postre nos despedimos no sin antes quedar que yo la llamaba si veía algo similar.
    
    Esas noches mi balcón se volvía un puesto de vigilancia, durante el día pode el arbusto de forma que me permitiera ver sin ser vista y también acomode unas flores y plantas para ayudar.
    
    Durante las tardes volvimos a tomar el sol en la terraza en familia; pero aparte de algunos masajes nada hacía suponer que sucedería de nuevo.
    
    Dos días después ya me había hecho la idea que fue un cosa de una sola noche, pero justo cuando menos lo espero los vuelvo a ver.
    
    Yo llegaba de la calle, me había quitado ya las sandalias para andar descalza por lo que no hice ningún ruido cuando entre en la sala. El tumbado en un sofá y mi madre encima aún no se habían quitado la ropa del todo, su boca le recorría las tetas sobre su blusa y ...
«1...345...»