1. El toque que faltaba.


    Fecha: 01/10/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Ese año nos recibiríamos y dado que ambos por conocidos tendríamos trabajo en forma inmediata decidimos que nos casaríamos. Andaba por los veinte y pico el cuerpo firme, rubia tirando a trigueña con buenas y hasta exageradas formas. (mucho culo 110 creo) y estatura mediana. con mi novio estábamos muy bien pero en la intimidad era como que algo faltaba. Nunca hablé demasiado sobre fantasías con mis amigas, pero siempre consideré a una de ellas dado que mi futuro marido era como me respetaba demasiado como una incógnita en mi vida sexual. No me hacía sentir una perra, si deseada pero no hembra total, pensé en meterme en problemas y barajé la posibilidad de generar una situación violenta de violación pero tuve miedo a una hipotética muerte posterior al hecho, así que entre amadas suaves y completas me masturbaba pensando en lo que buscaba pero no sabía bien que. y sin embargo existía. Una tarde de compras en la despensa entré en una conversación de clientas y dado el estado barrial no fue difícil charlar abiertamente. Aclaro que mi novio y yo eramos de una localidad lejana a la facultad y ambos alquilábamos por separado viendo a corto plazo estar juntos. El tema giraba en torno a un cincuentón regordete,morocho, bigotes y como de mi altura, estaba trabajando en una obra frente al local y mis ocasionales amigas hacían referencia (en supuestos) de que era un degenerado. un cerdo en la cama; que una amiga que conocía una prostituta le contaba que era asqueroso y etc etc. Pasé por ...
    ... su lado (estaba en la vereda cargando arena en una carretilla) esperando una mirada libidinosa. nada, solo de reojo y sin maldad. Encontré una excusa para contratarlo y obvio que mi futuro marido no estaría en casa, el changarín R fue algo confundido y con recelo a ver de qué se trataba lo que quería . Le expliqué que era una pintada de techos en baño y cocina y que tal vez en el futuro el resto del departamento. Me vestí bastante suelta un enterizo minifalda que con el movimiento de cola se me subía más de la cuenta. pero nada. a los dos días comenzaría a trabajar, busqué los horarios para que viniera estando solos, una vez me llamó mi prometido y de minifaldas crucé piernas y me moví con soltura descarada. Cuando terminaba su primera jornada fué al lavadero a limpiar rodillo y pincel, casi histérica tomé el mango de ambos diciendo que los limpiaría yo. Mi energía estaba al límite, cuando fue a reprobar mi actitud le miré con fuerza y tomándome del cuello me besó. Lo llevé adentro sin preámbulos de nada. estaba sudado y tenía las manos rasposas pero no se privaba de nada en el toqueteo, mandaba lengua a mi boca de una manera que me ahogaba en baba, pero mi ego no permitía pedir respiro, me sacó el vestido y me sentó en el sofá, se arrodilló y corriendo mi tanga me pegó la más espectacular chupada de concha de la que me acuerde. sabía lo que hacía, tironeaba mi clítoris y labios vaginales al tiempo que me tomó de las nalgas levantándome para saborearme de una manera brillante, ...
«12»