1. Mi hermana y sus pantimedias


    Fecha: 20/09/2020, Categorías: Fetichismo Autor: iccs, Fuente: SexoSinTabues

    Mi hermana Liz es dos años y medio menor que yo. Nunca había sentido ningún tipo de atracción sexual hasta que yo cumplí 15 años. Ese día mi madre nos llevó a celebrar a un restaurante bastante elegante y todos nos vestimos para la ocasión. Mi hermana se puso un vestido gris corto con estampado de flores, zapatillas negras, una gargantilla negra y lo mejor de todo, por primera vez se puso pantimedias naturales extrafinas. En algunas ocasiones se había puesto pantimedias de niña, pero era la primera vez que usaba pantimedias de mujer. Desde ese día no pude sacármela de la cabeza. Afortunadamente crecimos en la dorada época de los 90´s. En ese tiempo se puso de moda que la chicas se pusieran faldas cortas de paletones y pantimedias. Mi hermana no fue la excepción. Comenzó a usarlas cuando tenía 13 años mas o menos. Lo que les voy a narrar ocurrió cuando ella ya tenía 15 años. Hijos de padres divorciados, teníamos que pasar las fiestas de fin de año con mi padre. Eran 2 meses completos con él. Por sus ocupaciones nos dejaba todo el día en la casa con los empleados y lo veíamos hasta la noche. Mi hermana a diario usaba sus hermosos atuendos con falda y pantimedias negras o blancas, y yo babeaba por ella. Si en esa época yo hubiese sido la mitad de lo atrevido que soy ahora, quizá este relato estaría en la sección de relatos incestuosos jeje. Pero no me atrevía ni a tocarla. al principio. Cada vez que mi hermana se vestía con jeans yo la ignoraba todo el día. Casi ni le hablaba. ...
    ... Pero cuando se ponía pantimedias pasaba el día entero a su lado jugando con ella y haciéndola sentir bien. Como les digo, las primeras veces solo me dedicaba a observarla y tratar de ver bajo su falda. Logré ver muchas veces ese rico puente de sus pantimedias cubriendo sus calzoncitos de adolescente. Pero yo necesitaba más. Pasaba el día entero rozando sin querer sus piernas enfundadas y pensando maneras de poder tocarla un poco más. Ahora me doy cuenta que hubiese bastado con decirle que quería acariciarle las piernas. Una de esas veces, ella vestía con una falda corta y pantimedias blancas y estábamos jugando en una de las salas de la casa. Ambos estábamos sentados en un sillón y yo le hacía cosquillas aprovechando para rozar sus pantimedias cada vez que podía. Además cuando se retorcía de risa me dejaba dar pequeñas miradas a su entrepierna enfundada de blanco. Poco a poco me fui poniendo mal. Mi calentura subía cada vez que acariciaba el blanco nylon, hasta que no soporté más. En un momento mi hermana se paró de donde estaba sentada y sin pensarlo dos veces le metí la mano abajo de la falda y con toda la intención del mundo pasé la palma de la mano en su rica entrepierna enfundada. Tuve una erección inmediata. Ella solo se volteó medio asustada y con una risa disimulada solo alcanzó a decirme: ´No toques´. Y ahí quedó el incidente. Pasamos el resto del día como si nada hubiese pasado. Un par de días después volvió a usar un atuendo parecido y de nuevo estaba yo como perro ...
«123»