1. Secretos familiares


    Fecha: 19/09/2020, Categorías: Incesto Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues

    ... miembro entre sus dedos. Lo miraba curiosa como si buscara explicación alguna de porque le daba tanto gozo. Se lo metió a la boca, el glande. Lo chupo despacio como saboreando, lo saco y otra vez engulló lo que pudo y así una vez y otra vez. Sentía su lengua juguetear con el glande, sus manos acariciar mis huevos. Me olía cómo si le gustara sentir mi aroma. El chapoteo de mi verga entrando y saliendo en Rebeca llegaba a mis oídos como música afrodisíaca. Sabía que mis hijastros no perdían detalle. Fueron largos minutos los que Rebeca chupo mi pito y ahora decidí cogerla de perro sobre la cama, esa misma cama donde cogia a su madre por las noches. La puse de tal manera que quedara viendo contrario a donde estaban sus hermanos, que pudieran ver cómo la empalaba, como le metía mi verga y cómo la hacía gozar. La penetre de una, sin preámbulos. Le coloqué la verga y a la primera estocada se la deje ir hasta el fondo haciendo que pujará y que enterrara su cabecita en el colchón. Por un segundo olvide cuan estrecha era. Cuando creí saber que otra vez se había acostumbrado a mi verga empecé el mete y saca. Despacio, degustando cada roce con sus entrañas, sintiendo ese calorcito, ese sabor único de su chocho. A pesar de estar ...
    ... húmeda podía sentir lo apretado de su cueva, como si está fuese de las pocas veces que le había entrado algo de igual tamaño. Pero igual seguíamos, ambos sintiendo que este era un polvo único, ella gemía, yo igual, ella suspiraba yo también. Los dos con los ojos cerrados. Nos movíamos, conscientes que había llegado el momento de acabar. Yo aferrado a sus caderas acelere mis movimientos y la intensidad de la culeada, se la mandaba hasta dentro, con fuerza, como ella me lo pedía. Como me decía que lo hiciera. Como casi parecía suplicar, que le diera más, más fuerte, que sentía rico. Fue un rico orgasmo, sentí vaciarme por completo, sentí mi polla echando chorros y chorros dentro de aquella vulvita. Sentí su chocho contraerse, sus espasmos, escuche su respiración cómo si le faltara el aire, el intenso gemido de una mujer satisfecha, sentí su orgasmo. Sus líquidos calientes mezclándose con los míos. Sentí como se desfalleció aún con mi pene adentro y caer de bruces sobre la cama. Estábamos exhaustos, tanto que por un momento me olvide de aquellos que nos habían estado espiando. Supe que no dirían nada. Tenían sus secretos y yo estaba dispuesto a guardarlo, lógico, a cambio de que ellos no dijeran nada. Seguiré contando . - 
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