1. El diario de Claudia: sexo violento en baño público


    Fecha: 11/10/2017, Categorías: Masturbación Autor: ClaudiaZorra, Fuente: CuentoRelatos

    Como toda chica trans a veces simplemente me gusta pasar una buena noche en alguna discoteca, para tomarte unos tragos, escuchar música y conocer gente. Esa tarde estaba algo aburrida en la calle así que decidí irme, así con “ropa de trabajo” por el barrio de Getsemani, a un club por la calle del Arsenal. Sabía que había un bar gay por ese lugar.
    
    Me había puesto unas botas negras con tacos altos, aquellas que te llegan hasta los muslos, muy sexy claro, una minifalda de licra plateada que apenas me cubría el trasero (¡en serio!), braga roja y un top negro de licra bien apretadito. Obviamente llamé la atención apenas entré al lugar. Me fui directo a la barra para pedirme un trago: “ron con Coca-Cola por favor” Era un lugar donde se veía mucho frenesí: música a todo volumen, luces, humo de los cigarros, y un grupo bastante ecléctico de gente: gay, trannies, gays solapas, mujeres, etc. Todos pasaban un buen momento.
    
    De vez en cuando alguien se me acercaba, me invitaban un trago, acariciaban mis muslos, alguito de conversación y listo. Uno que otro me invitó a meter mi mano dentro de su pantalón o short para darles un “masaje” a la verga. Yo encantada claro. A medida que pasaba la noche, los tragos y los masajes, me sentía más cachonda y mi culito ya empezaba a pedir carne. ¿Pero aquí donde? ¿El baño? Decidí darme una vuelta por el baño para ver si podría funcionar; noté que había varios, incluyendo uno en el sótano, donde estaban las salas de juego. Instintivamente me fui ...
    ... a ese. Al llegar al sótano noté un grupo de tipos en la barra y otros jugando algo de billar. Les sonreí a todos y seguí mi camino.
    
    “¿Baño de hombres o de mujeres?” Pensé. Bueno vamos al de hombres; no había nadie. Aproveché la oportunidad para arreglar mi maquillaje y ponerme un poco más de lápiz labial. Estaba tan concentrada en mis labios que no noté que otras personas habían entrado al baño. De pronto escucho que la cerradura de la puerta se cierra por completo.
    
    “Ok ¿qué está pasando aquí?” Pensé algo nerviosa.
    
    Los cuatro tipos que estaban dentro me miraron de pies a cabeza, concentrándose claro en mi trasero.
    
    “Hola amor, ¿Estás sola? ¿Necesitas compañía?”
    
    Calculé mis reacciones. Obviamente sabía lo que tenían en mente y si me oponía la cosa podría ponerse fea e incluso violenta. No quería nada de eso. Además bajé al baño porque tenía ganas de coger.
    
    “Depende, ¿me están ofreciendo algo?” Respondí calmada.
    
    “¿Qué tal cuatro vergas duras en tu culito y boca?” Y al decirlo los cuatro sacaron sus vergas para mostrármelas.
    
    No me quedaba otra, sabía que si no me dejaba sería peor. Pero dadas las circunstancias se me ocurrió satisfacer una vieja fantasía.
    
    “Si quieren mi culo van a tener que violarme” Respondí.
    
    Eso funcionó como un gatillo. Se desnudaron por completo y enseguida me arrancaron la minifalda, bragas, y top, dejándome solo con las botas y el brasier.
    
    Dentro del baño había un sillón ancho y viejo así que lo jalaron hacia el centro de la ...
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