1. Elle


    Fecha: 12/09/2020, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Profesor, Fuente: CuentoRelatos

    A lo largo de la existencia, el ser humano conoce algunas personas, no todas, con las cuales se empeña en conocer primero su alma y no la información trivial que la caracteriza. Esta reflexión necesariamente me transporta unos meses atrás cuando viajé al departamento de la Guajira como voluntario para enseñar la lengua inglesa a los niños wayuu, aborígenes de la península, cuyas necesidades básicas son poco satisfechas.
    
    Lo primero que me impactó fue el abrazo tierno de la naturaleza. El ambiente era encantador. Me sentía constantemente estimulado por el concierto de las olas, las cuales morían en mis pies mientras recorría la playa; y por la brisa inagotable y besucona de mis pómulos y labios resecados por el sol. Los niños wayuu eran verdaderamente especiales, me sentía útil enseñándoles las particularidades del idioma extranjero y parecían disfrutar de la mayoría de las actividades que les proponía.
    
    En el primer día, todos los voluntarios fuimos convocados a una reunión con el fin de conocer las reglas y los compañeros con quien trabajaríamos. El pequeño salón estaba atestado de personas de toda Colombia, era una diversidad cultural rica y variada. Hubo alguien, no obstante, que me llamó poderosamente la atención. Esta mujer era morena, como una digna hija del sol, sus expresivos ojos marrones rendían un bello homenaje a las semillas del mejor café colombiano; y su cabello, frondoso y caudaloso, era una hermosa alegoría al río Magdalena cuando se conjugaba con el ...
    ... Mar Caribe.
    
    Decidí intencionalmente sentarme enseguida de aquella trigueña de piel azucarada. Terminada la reunión, tomé la iniciativa y sin preguntarle cómo se llamaba hablamos de la maravilla de enseñar, del regocijo de ser voluntarios, de los niños que sufren, de la naturaleza y del olor del mar. Fui adentrándome en su ser de manera tan extraña nunca sabiendo su edad, ni sus gustos musicales sino abriendo el libro de sus temores, logros, alegrías y frustraciones. No era una mujer de sonrisas comerciales ni de instintos bruscos, sino alguien que fue desnudando su espíritu para mí sin medida.
    
    Los días pasaban y yo me regocijaba no solamente en mi altiva labor sino en la extraña relación que mantenía con ella. Cada noche, después de nuestras labores en el campamento, el tiempo era nuestro. Teníamos la posibilidad de charlar en tres idiomas, lo cual enriquecía la experiencia de un uso significativo de estas lenguas. Amaba hablarle en francés porque es el idioma de la literatura, de la ternura y de la espiritualidad.
    
    En cierta ocasión la encontré sollozando sentada en el piso. Lucía un camisón negro el cual rendía un perfecto homenaje a los bajos espíritus de ese momento. Me acerqué sigilosamente y le pregunté qué le sucedía. Había discutido con su novio. Me relató las dificultades vividas con él, especialmente en el plano de la intimidad. Quise bucear en el mar de su vida y con el temor de pasar por imprudente le pregunté el porqué de su desazón. Sorprendentemente me ...
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