1. Mi abuela Belén


    Fecha: 11/09/2020, Categorías: Anal Primera Vez Tabú Autor: LivYat, Fuente: xHamster

    Mi nombre es Enrique, y relataré una experiencia que sucedió con mi abuela paterna, cuando yo tenía 18 años y era un chaval inexperto en todos los aspectos, incluyendo el sexual.Y hablando de sexo, mis fetiches eran especialmente las mujeres maduras de talla grande... digamos que BBW y GILF eran unas de las etiquetas más habituales en mi colección de vídeos porno favoritos. También era aficionado al voyeur.Respecto a mi vida en particular, soy hijo único y en esa época vivía con mis padres en Vigo, ciudad ubicada en el noroeste de España. Acababa de terminar el curso académico, por lo que estaba empezando a pensar en mis planes para el verano, que dicho sea de paso tampoco eran gran cosa. Simplemente quería desconectar, descansar, levantarme y acostarme a la hora que me diera la gana, dedicar mi tiempo libre a los videojuegos y el visionado de películas y series.Pero mis planes se irían al garete, o eso pensé.Resulta que por esas fechas, Pepe, mi abuelo paterno, se puso algo mal de salud. Él vivía con Belén, mi abuela, en una pequeña aldea ubicada a unos 80 km de Vigo. Los dos solos. Debido a esto, se había vuelto necesario que alguien les echara una mano en las labores del hogar y que les brindara compañía y apoyo. Mis abuelos eran muy reacios a incorporar a un desconocido/a a su casa, por lo que yo como nieto (y por estar de vacaciones) era el más idóneo para eso. Mi padre casi me imploró para que les ayudara. Al principio me negué, dado que tenía varios años sin verlos y ...
    ... temía que se trataran de viejos amargados y que la experiencia se convirtiera en un suplicio. Me dijo que solo serían tres semanas, que luego él vería la forma de convencerlos para contratar una empleada, y que esa ocasión me podía venir bien para relajarme y ''disfrutar de otros ambientes''. Al final acepté, casi a regañadientes. Para entretenerme, según yo, decidí llevar mi ordenador, una cámara y una bicicleta.En cuanto a mis abuelos, Pepe tenía 78 años, y Belén 68. Pepe, por desgracia y como dije antes, no estaba muy bien de salud. Sufría de ataques de pánico, amnesia anterógrada, depresión y otros achaques propios de su enfermedad. Belén también tenía sus cosas, pero no se encontraba tan mal como su marido. Debido a esto, era ella quién se encargaba de ejercer de cabeza del hogar, y yo el encargado de echarles una mano en ese mes de verano. Vivían en un pequeña casa estilo chalet de una planta, sin vecinos cercanos, con un jardín exterior de tamaño considerable y un huerto familiar en el que cultivaban como pasatiempo.Mis padres fueron a dejarme a casa de mis abuelos (a los que no veía desde hacía siete años atrás). Ellos se quedaron sorprendidos con mi cambio físico. Y yo con el de ellos, y también con su actitud. Eran muy joviales. De entrada, además, hubo algo que llamó poderosamente mi atención: el cuerpo de mi abuela Belén. Tenía algunos kilos de más, y no era difícil advertir una curvilínea figura, un culo y unas caderas que probablemente oscilaban entre los 115 - ...
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