1. 5 años después


    Fecha: 10/09/2020, Categorías: Bisexuales Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... decía la letra de aquella primera canción. A mí me estaba costando mucho controlarme. Él seguía rebuscando entre mis CDs y yo me tumbé en la cama. Pensaba en si se sentiría atraído por mí. Quizá él prefería que no pasara nada, aunque sé que para él también había una cuenta pendiente.
    
    Cambió el disco. Mis queridos Queens. Yo estaba muy excitada y esa música era caliente y sexy. Me levanté y empecé a moverme con la música. Y llegó la canción más sexy de todas... “autopilot no control”
    
    Me metí dentro de la canción y me dejé llevar. Mis caderas se movían suavemente, mis manos recorrían mi cuerpo de arriba abajo. Cerré los ojos e imaginé que eran sus manos las que me tocaban. Alrededor de las caderas, levantando un poco el camisón, acariciando mis pechos y mi cuello. Acabó la canción.
    
    De repente empezó a sonar otra vez. Extrañada, abrí los ojos. Él me estaba mirando fijamente con la mano puesta en la minicadena. Quería que siguiera bailando. Pero esta vez bailé para él.
    
    Primero giré a su alrededor, mirándole de arriba abajo fijamente. Mis manos acariciaban sus brazos, su cuello, su pelo mojado. Me acerqué mucho y empecé a rozar mi cuerpo contra el suyo. Él podía escuchar mi respiración acelerada. Yo podía oír la suya. Le invité a que participara en el baile. Me di la vuelta y empecé a moverme, mientras cogía sus manos y las ponía en mi cintura. Se acercó suavemente, hasta que pude notar cómo acariciaba su polla dura con el vaivén de mis caderas. Bajó las manos y ...
    ... apretó mi cuerpo contra el suyo. Se acabó la canción. Y volvió a empezar a sonar. “autopilot no control”.
    
    Le conduje hacia mi cama y le pedí que se sentara en el extremo. Delante de él, me quité el camisón muy poco a poco. Debajo llevaba unas braguitas negras de encaje. Él se quitó la camiseta y los pantalones. Estaba empalmado. Muy empalmado. Y yo estaba muy húmeda.
    
    Me senté a horcajadas encima de él. Notaba su erección a través de las braguitas y creo que el notaba el calor que yo desprendía a través de sus calzoncillos. Empezó a jugar con mis pechos. Yo me moría de ganas de besarle, de sentir mi lengua con la suya, húmeda y caliente. Apartó la mirada de mis pechos y mirando mis labios dijo “te importa si te muerdo el labio?”. Mi respuesta fue humedecérmelos.
    
    Sus labios se abalanzaron sobre mí y noté el mordisco que me había pedido. Empezamos a besarnos y a tocarnos el uno al otro. Aquello estaba poniéndose muy caliente. Y aún más duro.
    
    Me tumbó sobre la cama y me quitó las braguitas. Se agachó y metió su cabeza entre mis piernas. Su lengua jugaba y se movía por todo mi sexo. Yo temblaba con cada lengüetazo, deseando que llegara el siguiente. Entonces se incorporó y, bajándose rápidamente los calzoncillos, me penetró con todas sus fuerzas. Gimió. Y yo me estremecí.
    
    Empezó a moverse dentro de mí, con intensidad, con deseo. Mirándome fijamente a los ojos me dijo “Llevo 5 años queriendo follarte así”. Cómo me ponía sentir sus movimientos, su piel suave sobre la mía, ...