1. Violación a una embarazada


    Fecha: 07/09/2020, Categorías: Hetero Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... para deslizar mi dedo corazón en su gruta hasta el nudillo. La muy zorra no dijo ni pío, limitándose a acelerar el movimiento de sus tetas en mi polla. Cuando noté que me subía la leche y que aquello no iba a durar más, me incorporé.
    
    -Se acabaron los juegos. Sácame ya la leche o lo vas a pasar mal...- amenazé.
    
    -Te la estoy sacando. Tú dijistes que querías que te sacase la leche y eso estoy haciendo...-respondió casi entre sollozos.
    
    -Perdona nena. Yo dije que quería correrme con tu cuerpo, pero no dije con que parte. Te lo digo ahora: quiero que me saques la leche con la almeja...así que ya puedes empezar si no quieres tener problemas...-
    
    La chica se incorporó. Se bajó las bragas hasta sacárselas por los pies. Observé su almeja castaña y peluda pensando que pronto la tendría para mí.
    
    La cogí de los brazos y la acerqué hasta mí. Me mojé los dedos en saliva y se los pasé por el chocho. Acerqué su cuerpo hasta mi aparato, coloqué la punta de mi capullo entre los pliegues de su coño y empujé hasta que sus rizos chocaron con los míos. Noté el calor de su cuerpo enseguida, así que permanecí sin moverme varios minutos, dejando que mi polla creciese dentro de ella.
    
    Cuando creí oportuno comencé el ...
    ... bamboleo, mientras besaba sus labios y con mis manos agarraba sus tetas como si se me fuesen a escapar. La seguí jodiendo con suavidad, notando sus pezones oscuros rozar con mi pecho y como su barriguita se frotaba con la mía. El gusto que me estaba proporcionando aquello fue demasiado, así que cuando noté como mi cuerpo se tensaba y la leche subía por mi rabo, apreté su cuerpo contra el mío saboreando aquellos segundos que jamás volvería a tener con esa chica.
    
    No sé cuantos cañonazos de leche le dí, ni cuanto tiempo permanecí pegado a ella. Cuando noté que mi polla se arrugaba y se salía de su almeja dejé que se levantase y se sentase en la colchoneta. Ví como la leche se escapaba de su chocho empapando su pelambrera y chorreando por sus muslos. Tomé una cámara de fotos y le hice varias tomas a su coño expulsando mi leche, a sus pezones y a toda ella. La dejé que se vistiese, quedándome con el sujetador y las bragas como trofeo y tras arrancar el vehículo hice que se bajase cerca de una gasolinera. Hace ya varios meses desde que la jodí, y supongo que ya habrá tenido a su hijo. Aún me excito pensando en aquella corrida, sobre todo cuando desempolvo las prendas que le robé y aspiro el olor a hembra preñada. 
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