1. Dulce y amarga amistad (02)


    Fecha: 26/08/2020, Categorías: No Consentido Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos

    ... aparecía en el centro del pecho.
    
    -¡No pasa, claro no pasa nada!, tú eres feliz, no te faltan los amantes, tienes a quien quieres, como Alberto al que acabas de conocer y ya te lo has tirado. –Me puse tenso y él lo notó. Se dio la vuelta y me abrazó contra él.
    
    -¡Perdóname! No sé lo que digo. –Comenzó a besarme la cara con besos muy rápidos, olía a cerveza y alcohol pero no era desagradable, al contrario, al final posó los labios sobre los míos, me quedé quieto sintiendo lo calientes que los tenía y lo dulces que me sabían.
    
    Álvaro se estaba excitando como si yo fuera una chica que le atrajera, apretaba la verga contra la mía y notaba como se le iba endureciendo.
    
    Aquello estaba saliéndose de madre, y cada segundo que pasaba se convertía en un torrente de deseo que le notaba desbordarse y tenía que ponerle fin, era mi responsabilidad ya que era yo el que me encontraba más cuerdo.
    
    -Para, para ya, detente. –Tenía mucha fuerza y casi no me dejaba respirar besándome sin detenerse, metió una mano por la cintura de mi pantalón y me agarró con fuerza una nalga.
    
    -Déjame Álvaro, me haces daño. –Me apretaba tan fuerte el culo, llegando con los dedos a la entrada de mi ano, que comenzaba a dolerme.
    
    -¿Puedes hacerlo con otros y con tu amigo no? También tengo derecho a meterla alguna vez.
    
    Me mordió el labio inferior pero empezó a tranquilizarse.
    
    -¿Sabes por qué ha roto Mónica conmigo? ¿Quieres saberlo? -Me sujetó la mano y la llevó hasta su polla, la tenía ...
    ... extremadamente dura tirando de la tela de su pantalón.
    
    -Ves como tu me la pones y con ella no lo consigo, no quiere follar conmigo, lo intentamos y no puedo metérsela. –Había soltado mi mano y yo seguía con ella sobre su verga sin retirarla, como si se me hubiera quedado pegada, y sin pensarlo se la acaricié por encima de la tela.
    
    -Ese no es motivo para que me la quieras meter a mí, tú no eres gay y no te gustan los hombres.
    
    -No me gustan los hombres, tú sí… ¡jorder!, pareces no entenderlo.
    
    -Estás loco Álvaro y tienes mucha calentura, te arrepentirías toda tu vida si lo hiciéramos y no quiero perderte como amigo.
    
    -Quiero hacerlo Jesús, déjame por favor. –Me imploraba y le temblaban las manos, los labios, no me pude resistir y se los besé. Quería a mi amigo, le amaba como a un hermano, más aún y no me daba cuenta de lo ello, y aunque alguna vez había tenido fantasías con él, con ese tronco inmenso que tenía entre las piernas, nunca había pensado que pudiéramos llegar a tener sexo.
    
    Por otro lado, ahora que me lo pedía, sentía miedo por lo que pudiera hacerme, como le pasaba a Mónica según él. Es cierto que mi culo no era virgen, que he gozado de muchas vergas aunque sea tan joven, algunas poderosas, largas y gordas pero lo de Álvaro era algo diferente.
    
    A la vez me sentía excitado y deseoso de poderlo hacer con mi amigo, por tres razones, le quería, él me lo pedía y como buen marica su verga me atraía aunque me rompiera y me destrozara el culo, deseaba saber lo que ...
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