1. Sopa de gemelas


    Fecha: 09/10/2017, Categorías: Primera Vez Sexo en Grupo Tabú Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster

    ... después de todo. Incluso diría que ya me estaba gustando. Ahora hasta la incluiría en el Soundtrack de mi vida; como dicen en la radio; sólo por recordar ese momento.Una encima de la otra... ¡qué ricas se veían! Ambas meneando lo que la naturaleza les había proporcionado. Caray, se podría decir que viéndolas entendí el verdadero motivo de estar ahí. Ahí, en ese pueblo. Mi destino era descorchar a ese par. Claro, antes de que lo hiciera cualquier pinche bato que no pudiese valorar la calidad del bocado.Cualquier pendejo de su edad se las picaría nomás por la pura calentura; o porque es “la ley de la vida”, como dicen acá; y ni disfrutaría... que va, no sabría disfrutar los finos detalles del primer ingreso a un cuerpo virgen, deseoso por ser penetrado. No las sabría cuidar, apreciar y sobre todo instruir. ¡Y pensar que chamacas de esta clase no se dan en mazorca!Qué ricas se me hicieron. Y es que no fue sólo el hecho de que fueran gemelas, usaran uniforme o sus tiernas edades, sino que una natural cachondería emanaba de ellas. Y..., ¿les digo la verdad?, habemos algunos que lo notamos. En serio. Quizás no todos puedan pero, para alguien como yo, es inevitable percibir algo así. Hay mujeres que así, desde bien morrillas, ya lo emanan. Expelen ese deseo de... bueno, lo voy a decir tal cual es, porque a mí me caga la hipocresía: hay chamacas que exponen una especial necesidad de ser penetradas; sean vírgenes o ya experimentadas.Y éstas, vaya que lo necesitaban.Eran como un pastel ...
    ... envinado. Y yo con “el cuchillo” en la mano... jaja. Mmmm... nada más se me hacía agua la boca de sólo pensar en realizar “el primer corte”. Ya podía imaginarme todo el jugo que emanaría de sus respectivos...—¡Ya está la comida! —que de pronto grita la abuela.«¡Puta ma...!», pensé.—¡Yaaa... a comer! —insistió varias veces y cada vez me pareció más irritante.¡Puta..! Yo ya estaba bien firmes y a ella se le ocurre... No me quedaba de otra. Tuve que asomarme por la ventana y responderle.—¡Me compré una Maruchan! ¡Gracias, pero eso voy a comer! —tuve que gritarle varias veces para que me entendiera.La abuela que ya no escucha muy bien, pero que usualmente piensa en voz alta, murmuró:—Cabrón malagradecido, después de que... siempre con sus pinches sopas...—dijo, como si yo no pudiera escucharla.No si la abuela es quien es. Bueno, supongo que la ofendí por rechazar su comida, pero pues ni modo, hay prioridades.—¿Han palpado un pene antes? —les pregunté a las hermanas.Ya para ese momento había perdido el miedo a las repercusiones. Total, si no era en esa oportunidad no sería nunca.Ambas como que se espantaron pero...—Parece una salchicha —dijo Yoselín, cuando ya les demostraba, en mi propio pene, cómo debía colocarse un condón.Su hermana y yo reímos por su comentario.—De veras que sí —confirmó Yesenia, mientras que yo aún restiraba el preservativo hasta mi pubis.—Pero esta salchicha está viva —dije, e inflamé mi glande a voluntad.Con eso les saqué otras risas.—Y, ¿quién se atreve a ...
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