1. Nuestra amiga argentina y una de sus locuras


    Fecha: 22/08/2020, Categorías: No Consentido Autor: dantraloco, Fuente: CuentoRelatos

    ... pasaje, le pregunto a un cana y me explica, voy al andén, había filas, me pongo en la que más gente veo, ya estaba jugada, cuando estaba en la fila otra vez me dije “Caro ¿qué haces?” pero era más fuerte que yo, no me quería quedar con las ganas de saber si podía o no ¡pasar algo!
    
    Llega el tren, todos entraban como ganado, a los empujones por conseguir un asiento, pero yo quería ir parada, pasan una, dos, tres, cuatro estaciones ¡y nada!, ¡ni siquiera sentí que me rozaban la cola!, pensé que al pedo lo había hecho, pero cada vez estaba ¡más lleno!, íbamos ¡todos apretados!
    
    Hasta que en un momento siento alguien que me empieza a apoyar la pija ¡en la cola!, no hice nada, porque no sabía si era a propósito o por lo lleno que iba el tren, pero no, me la empezó a apoyar cada vez más, como esperando a ver ¡cual iba hacer mi reacción!
    
    Obvio que no hice nada, pero sentía que se le iba ¡parando!, alguien me estaba apoyando, se le estaba parando con mi cola y yo no sabía ¡ni quien era!, y no se por qué, pero fue más fuerte que yo, como una boluda ¿que hice?, empecé, despacito ¡a mover la cola! Y se le paraba ¡cada vez más!
    
    Llegamos a una estación (ni se cual era), movimiento de gente, se separó, pero ni bien arranco el tren, sentí de nuevo esa pija apoyándose en mi cola, y no solo eso, siento que con una de sus manos empieza a tocar despacito mi pierna, (me di cuenta que me estaba probando a ver qué es lo que yo hacía) y no digo ni hago nada, pero su mano de a poco la ...
    ... empieza a subir y ya casi estaba ¡por debajo del jumper! No sé si la gente se daba cuenta, (estaba al culo de gente el tren), ¡todos apretadísimos!, pero me estaba calentado al dejarme tocar por un desconocido, y más sin saber en qué ¡iba a terminar eso! Y así seguimos hasta la próxima estación, en la que pasó lo mismo, se separó, gente que subía y bajaba
    
    Arranca nuevamente el tren, y enseguida lo siento, el tren iba repleto, ¡todos pegados! Pero esta vez su pija ya la tenía totalmente apretada sobre mi cola, y su mano por debajo, poco, pero ¡por debajo de la pollera! Y yo suavemente ¡movía la cola!, la verdad es que estaba caliente, e intrigada, por saber quien me estaba haciendo ¡eso! Porque vale aclarar algo, no soy nada racista, pero no sabía si era un obrero, un oficinista, un viejo, un pendejo, ¿me explico?
    
    Hasta que no di más, me di vuelta y lo vi, era un pendejo de mi edad, nada del otro mundo, medio pinta de wachiturro, con el pelito rapado al costado ¡y todo eso!, pero él se daba cuenta que yo me estaba calentando, me dice al oído: “¿te gusta lo que te hago nena?”, ya mi conchita estaba toda mojada, no le digo nada, solo bajo mi mano y le rozo ¡la pija! (Otra vez no podía creer lo que estaba ¡haciendo!) Me tocaba la pierna, con eso ya le di mi respuesta, y sentí como de una subió su mano hasta tocarme ¡la cola!, pegue un suspiro, un salto, me quede ¡helada!, no pensé que iba a llegar ¡a tanto!
    
    Llegamos a otra estación, el tren cada vez mas lleno, y el esta vez ...