1. El culito de mi prima Vicky


    Fecha: 20/08/2020, Categorías: Anal Autor: zitro1, Fuente: CuentoRelatos

    Al día siguiente era el sábado, todos marcharon a una romería y yo decidí quedarme, de pronto llamaron a la puerta era Vicky pedía entrar para buscar unos libros. Me pilló tumbado en la cama y no sé qué estaría yo soñando que me levanté con el mástil para subir bandera, me desperté del todo cuando vi como vestía con una camiseta holgada por fuera de un pantalón de chándal.
    
    - Creía que te habías ido con los demás -mientras le indicaba que pasara y que los buscara ella misma.
    
    - A mí tampoco me apetecía ir.
    
    Estaba inclinada entre la cama y la parte baja de las estanterías dejando su culito en pompas. Intenté pasar para tumbarme de nuevo, ella seguía rebuscando sin darse cuenta aparentemente que me obstaculizaba el paso, colocándome de lado la cogí de la cintura y la aparté para pasar como pude rozando todas mis partes aún en auge, por su culo. Mientras la miré de reojo, vi como cerraba los ojos y ponía una mueca de satisfacción. Empecé a calentarme pensando en la cara que había puesto y el culo que me estaba mostrando.
    
    Sin decir nada me levanté de nuevo y disimulando me dispuse a pasar de la misma forma que había hecho antes, pero esta vez metí las manos por dentro de la camiseta para cogerla por la cintura. No hizo intención de moverse ni cuando para abrirme hueco planté todo mi paquete en su culo. Fingí no poder pasar y le rocé varias veces, por el espejo del armario vi como se mordía el labio inferior. El día anterior me dijo que me odiaba, pero ahora ...
    ... callaba y no decía nada.
    
    Hizo ademán de soltarse, pero sin demasiada energía, así que la solté. Se cruzó de brazos y me lanzó una mirada dura, después desvió los ojos de nuevo hacia la estantería.
    
    - Vicky, perdóname, por lo de ayer.
    
    No contestó, siguió buscando un libro o hacer que lo buscaba. Yo decidí imitarla, me puse a su lado y simulando empecé a buscar también.
    
    Allí estábamos los dos, sin decir nada. Pronto noté que aguantaba la risa a duras penas, así que dije:
    
    - Que libro buscas.
    
    De golpe rompió a reír con ganas, estaba preciosa cuando reía y así se lo dije.
    
    - Eres hermosa cuando ríes.
    
    - No es verdad -dijo con aire de niña tonta.
    
    - Sí que lo eres.
    
    Entonces fue cuando me vino a la cabeza sacar todo el partido que pudiera, detrás de ella empecé a acariciarle la cintura aplicándole un suave masaje. Se mojaba los labios con la puntita de la lengua, mientras mis manos se deslizaban subiendo lentamente y con mucho cuidado hasta que se toparon con sus pechos no llevaba sujetador. Como no obtuve respuesta negativa, bajé una mano hacia la cintura del chándal mientras la otra seguía acariciándole los pechos. Mi mano sobrepasó la cintura, buscó un hueco y fue entrando, temiendo una brusca negativa que no encontró, ni cuando se coló entre la goma de las braguitas para acariciarle el pubis y jugar con la fabulosa mata de pelos, seguía en silencio y lo único que hacía era mojarse los labios y morderse el labio inferior de vez en cuando, pero de golpe se ...
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