Sorpresa - Relatos Eróticos

Sorpresa

Mi ultima relación con aquella chica me había dejado mal. Me encontraba en un bar, algo solo y algo bebido. Notaba como alguna chica me miraba pero yo no quería saber nada. Hoy no era el día para ligar. Seguí concentrado en mi copa, bebiendo y dejándome llevar, hasta que me di cuenta de una nueva mirada. El bar se había ido llenado para luego ir disminuyendo de personas. Pero había una que llevaba un tiempo y ahora me miraba. Era una mirada dulce, en una tez blanca y delicada. Pero había algo que no entendía. Su cuerpo era esbelto, con una blusa blanca, algo entreabierta, una falda llevada con gusto y unas medias oscuras. Lo cierto es que me despisté y dejé de verla. Seguí bebiendo hasta que decidí irme al baño.Una vez dentro, vi que los urinarios estaban ocupados, pero que de los tres váteres con puertas, uno estaba libre, así que entré sin más, entornando la puerta pero sin cerrar el pestillo. Saqué mi pene, semiblando, quizá porque iba algo bebido. Me puse a orinar. Cuando estaba acabando, oí que alguien entraba rápido, y con una voz dulce aunque firme decía que necesitaba entrar, con la consiguiente sorna de los usurarios, del tipo "guapa", "vente aquí y verás". Ella entró rápido en el cubículo donde yo estaba y cerró la puerta con pestillo. Apenas se dio cuenta de mi presencia, me pidió disculpas y se bajó la falda, las bragas y con cierto estilo se sentó a orinar. Yo estaba sorprendido y no me había dado cuenta que tenía el pene fuera. Así que me puse a guardarlo ...

... aunque con algo de torpeza. Ella rio y volvió a pedirme disculpas por haber entrado así.Una vez allí, no sabia que decir, solo puede decir que no pasaba nada. Era aquella chica que me miraba de lejos en la barra del bar. Verla sentada, medio desnuda, oyendo como orinaba despertó mis sentidos y noté una gran excitación. Intenté disimular, pero algo debió notar porque enseguida me dijo: "no te preocupes, termino enseguida y salgo yo primero. No quería m*****ar pero cuando bebo tanto necesito orinar jeje". Ella me miraba con cierta curiosidad y con lo que yo intuí cierto morbo. Al terminar, cogió un papel y fue a limpiarse, sin embargo, no lo hizo igual que una mujer. Algo diferente asomó de entre sus piernas y sus manos y vi que era un pene.Aquello me sorprendió porque inmediatamente sentí una mezcla de curiosidad, excitación y placer. Aquella visión me gustó pero también me turbó, lo suficiente para que se notara. Ella se dio cuenta en seguida, y sonrió mientras recogía el pene en su mano y lo guardaba hacia atrás entre las bragas. Me dijo: "¿nunca habías visto una?". Yo seguía algo turbado pero me había dado cuenta de la sorna, así que respondí: "nunca entre unas bragas". En ese momento ella se había incorporado, subiéndose las bragas, en donde apenas se notaba un bulto. Esas bragas color azul oscuro, con puntos blancos, rodeado de encaje y con un precioso lazo blanco, le quedaban magníficamente bien, realzaba su figura y daba un erotismo a todo su ser. Todavía no se había subido ...