1. Haciendo cosas increíbles


    Fecha: 26/06/2017, Categorías: Bisexuales Autor: pantia, Fuente: CuentoRelatos

    ... marido. Ella parecía estar muy caliente, y la prueba evidente fue que a los pocos minutos se empezaron a sentir jadeos. Él decidió lanzarse, y saliendo al pasillo sigilosamente, introdujo la tarjeta en la ranura de la habitación de la pareja, haciendo varios intentos de entrar. No tardó en salir el hombre, pidiendo explicaciones. Él se limitó a pedir disculpas, indicando que se había equivocado de puerta, y dejó bien claro que estaba justo al lado. A partir de ahí hubo unos momentos de silencio y entonces sonaron unos golpes en su puerta.
    
    Al salir a abrir, el hombre se le quedó mirando y simplemente le dijo que necesitaba su ayuda. Accedió a acompañarle, y al entrar a la habitación se encontró a la mujer sentada en el sofá, con el vestido de lana casi subido hasta la cintura, enseñando las braguitas, y con una luz tenue. Se quedó esperando, y entonces el marido le dijo que necesitaba ayuda para follársela. Eso le sonó apetecible, y se arrodilló para acariciarle las piernas cubiertas de lycra morada. Ella se dejó hacer y entreabrió las piernas, hasta que inclinándose hacia delante, le susurró algo que le sonó a orden inmediata:
    
    - "Antes de desahogarte conmigo, necesito que me ayudes con él. Digamos que le cuesta un poco ponerse cachondo".
    
    Le extrañó la petición, pero en seguida ella le indicó a su marido que sacase su ropa de la maleta, y este le acercó unas medias negras y un diminuto tanga a juego, además de un corsé y un sujetador de encaje. Por un momento ...
    ... estuvo a punto de salir de allí, pero en esa posición, casi podía oler la entrepierna de la mujer, y sus flujos seguramente casi empapando la braguita, le atraían sin remedio. Durante un segundo valoró la posibilidad de jugar con ellos a cambio de follarse a esa mujer y pudo más el morbo del momento, así que acercándose a su oído le susurró:
    
    - "Cielo, ¿tienes unos pantys para ponerme debajo?"
    
    Ella respondió, igualmente susurrando:
    
    - "Mi marido es muy cariñoso, pero si prefieres que no te toque la piel, no pasa nada".
    
    Entonces le indicó a su esposo que le trajese unos pantys y éste lo hizo. Unos pantys beiges casi transparentes, extremadamente suaves. Él se desnudó de inmediato y se puso los pantys, ante la atenta mirada de la pareja. Cuando se enfundó en el corsé, se dio cuenta de que el tío estaba masturbándose, con la polla en la mano. No parecía muy grande, por lo que pudiera pasar. Se centró en disfrutar de la mujer todo lo que pudiese, pero siendo obediente con ella, para no quedarse sin follársela. Así que a los pocos segundos estaba de nuevo intentando penetrar entre sus piernas, a base de caricias y visitas fugaces a su entrepierna. Detrás suyo sentía al hombre, masturbándose con las vistas. No parecía que corriese peligro, hasta que ella empezó a sacar sus tetas del sujetador, y le pidió a su marido que se acercase. Éste empezó con ella, acariciándola, y metiéndola mano por encima del invitado, que empezó a sentir roces y concretamente el pene erecto tocando ...