1. Regalado a todas


    Fecha: 08/08/2020, Categorías: Grandes Relatos, Autor: axel, Fuente: CuentoRelatos

    ... mirándome todas ahí rodeándome.
    
    Confieso sin ser mi intención pedante, pero mi figura física siempre despertó en el femenino sexo, seducciones innegables que me mostraron siempre como un chico de impresionantes dotes de seductor. Mi edad adolescente entonces actuaba como aditivo ingrediente motivante. Y aquellas muchachas, un poco mayores que yo, reían viéndome como un bocadillo digno para una divertida noche de gran farra a vivirla aprovechando tal ocasión servida como en bandeja. Y comienzan a acribillarme a preguntas:
    
    -"¿Deseas entregarte como esclavo a todas nosotras, es cierto eso???"
    
    -"Si". Les respondí...
    
    -"¿Y aceptas que te hagamos cualquier cosa sin que te hagamos daño, obviamente???"
    
    -"Si". Les respondí...
    
    -"¿Aceptas ir con nosotras hasta donde te llevemos, para hacerte cosas???"
    
    -"Si." Les respondí...
    
    A cada "sí" de mi respuesta, soltaban risitas, y algunas bailaban alzando los brazos. Entre risas ya sin ninguna delicadeza seguían haciéndome preguntas cada vez más directas y preguntándome si aceptaba yo dejarme hacer esto o aquello, y a cada "sí" de mis respuestas, sus carcajadas poblaban aquel interrogatorio. Sin ningún disimulo y a voz en cuello, algunas hacían comentarios como ...
    ... ser:
    
    -"Este bicho está más caliente que un burro, chicas!!!" Y las carcajadas brotaban en varias, mientras otras me miraban riéndose...
    
    -"Vamos a llevarlo, vamos a llevarlo y a darle bien dado el gusto!!!" Yo, ¡más me encendía!
    
    Rápidamente una sale corriendo a buscar la camioneta en la que andaban, mientras todas reían mirándome ahí a todas ellas entregado y aceptando el ser llevado por ellas a donde iban a llevarme.
    
    -"¡Está que no puede más de tan caliente!!" Comentaban entre ellas ahí delante mío escuchándolas, y se reían sin disimulo. Y veo llegar a la muchacha con la camioneta que frena ahí cerca, y me dicen ordenándome:
    
    -"Andando... vamos!!!" Y con ellas, voy. Varias, danzando en la marcha, brazos bien en alto. Reían; ellas y yo, reíamos.
    
    Entramos a la camioneta y me colocan en medio de ellas, y riéndose con las más cochinas y maliciosas de las risas, me dicen al partir rauda la camioneta saliendo ya de allí hacia donde me llevaban:
    
    -"Las coooosas que te vamos a hacer!!!" Yo... reía; pero ellas, reían mucho, pero mucho más..!
    
    Lo que iría a conocer yo aquella noche allá en una hermosa finca de campo que tenían ellas para sus fiestitas privadas, sería algo, digno de ser contado en un siguiente capítulo. 
«12»