1. Ensenanzas de mi padre


    Fecha: 26/06/2017, Categorías: Incesto Autor: masterandlover, Fuente: RelatosEróticos

    ... vez que termino, me miro y me dijo, ahora vamos a lavar el tuyo. Luego bajó su mano y, tomó mi verga en su mano y cuidadosamente deslizo mi prepucio atrás, sin embargo encontró resistencia, pues se atracaba a la mitad de la cabeza y la apretaba, entonces me dijo, tienes que bajarle la piel hasta atrás para que salga toda la cabeza, hazlo seguido, dos o tres veces al día, en la mañana y sobretodo en la noche al acostarte, dale una bajada, al principio, como ahora vas a sentir un poco de molestia, y hasta un poquito de dolor , pero luego se retirara suavemente, sin que sientas nada, como el mío, mira me dijo señalando con la mirada su verga, que en ese momento tenía toda la piel cubriendo la cabeza, anda me dijo, jálame la piel hacia atrás, yo lo quede mirando, y él me dio una sonrisa como para animarme , jálalo hacia atrás, repitió, entonces yo estire mi mano y agarre por primera vez esa enorme verga, mi mano no llegaba a cerrarse alrededor de ella, empecé a hacer presión, y sentí esa suavidad de la piel, más suave que la piel de otras partes del cuerpo, como seda, o terciopelo, la piel cedió hacia abajo fácilmente, dejando al descubierto la enorme cabeza, que me quede viendo extasiado, hasta que mi padre me dijo, ves como debe bajar suavemente? Así tiene que bajar la tuya, en ese momento no pude evitar notar como su verga daba como un pequeño salto, y empezaba a ponerse más gorda y larga, y mi padre con un movimiento la saco de mi mano.
    
    Vamos a ver tu prepucio, me dijo, ...
    ... agarrando mi verga nuevamente, yo me estaba sintiendo excitado, con todo esto de agarrarnos las vergas, pero me gustaba que él me la estuviera agarrando porque me hacía sentir algo rico, volvió a deslizar la piel del prepucio hacia atrás, con el mismo resultado, se atraco a la mitad de la cabeza, entonces dio un tirón más hacia atrás, y yo sentí un vivo dolor y di un grito, pero él me dijo, ya esta, mire mi verga y vi toda la cabeza rosada y brillante descubierta, y la piel se plegaba alrededor de la base del glande.
    
    Empezó a enjuagar mi glande sensible, lavándolo con agua y jabón, sacando la grasa de los pliegues, después volvió a estirar la piel cubriéndose el glande de inmediato, y a continuación volvió a bajarlo, nuevamente di un grito, aunque fue más por la sorpresa que por el dolor, y él me dijo, hay que hacerlo más veces para que la piel se suelte, y repitió la operación un par de veces más.
    
    Me sentí tan bien a tener mi verga en su gran mano, que esta se empezó a alargar y a poner dura, y se apro completamente, señalando hacia arriba, tenía una erección.
    
    Al principio estaba avergonzado, pero él me tranquilizó explicando que todos los niños y los hombres tienen erecciones y que era una reacción natural. Cuando terminó de lavar mi pene me di cuenta de que su verga empezaba a ponerse más y más grueso, y más largo y duro, hinchándose todas las venas, que se le veían ahora muy claramente. Me sonrió mientras miraba su órgano en pleno proceso de erección. En cuestión ...