1. Visitas a mi vecino (Chencho)


    Fecha: 01/08/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: dont343, Fuente: CuentoRelatos

    Poco a poco, Diego relajó su semblante y empezó a mirar a Eugenio como siempre. Apoyó las manos sobre las rodillas del escultural rubiales y le sonrió con la mirada mientras se acercaba a escucharle.
    
    - No sabes lo mal que lo he pasado, Diego. Mis padres me tienen controlado a tope.
    
    Diego le miraba embelesado; y empezaba a sentir esa excitación que desde hacía mucho tiempo le producía su presencia.
    
    - ¡Estás guapisimo!
    
    - ¿Tu crees?
    
    - Desde ayer, no he dejado de pensar en ti. Cuando te vi, sentí una sacudida muy fuerte. Y ahora, cuando te he visto follando con D. Tomás, no he podido evitar sentir celos.
    
    - ¡Lo siento! Después de desayunar, me llevaron a la habitación de mi tío y empezaron a jugar conmigo. Te aseguro que no sabía que a mi tío le gustaban los chicos. Pero, la verdad, es que me lo he pasado muy bien, y pienso venir mucho más a menudo.
    
    Eugenio emanaba un gran magnetismo; y a Diego le resultaba imposible resistirse.
    
    Se acercó a él, sin dejar de mirarle a los ojos, y se atrevió a besarle...
    
    - ¡Mmmmm!, que gustazo...
    
    - ¿Le has visto la tranca al amigo de mi tío?
    
    Y en ese momento D. Tomás metió la cabeza entre los dos...
    
    - ¡Ya lo creo!... somos viejos amigos ¿verdad, Dieguito?
    
    D. Tomás le echó mano al paquete y lo manoseo con soltura; y Diego, que ya estaba caliente, se dejó hacer… solo tuvo que retreparse un poquito.
    
    Entonces Eugenio miró al hombretón, como pidiéndole autorización, y aprovechó la posición de Diego para tirar de ...
    ... la cremallera de su bragueta, y metiéndole la mano, echarse encima de él.
    
    Y D. Tomás, que había dejado a Ariel hablando con D. Carlos, que acababa de regresar de la cocina, se encontró con el culazo de Eugenio prácticamente en la cara, mientras se comían los morros…
    
    Alargó la mano y tirando de los calzoncillos, lo dejó con el culo al aire…
    
    Luego se unió a ese intenso morreo que mantenían Diego y Eugenio, en su locura de amor, y gozó de las mieles de esas tiernas bocas. Saboreó esos besos locos y se relamió de gusto, sin poder dar crédito a lo que sentía con ellos...
    
    Pero, Diego empezó a moverse muy inquieto…
    
    La imagen de Chencho estaba en su cabeza como si fuera aviso de algo; y enseguida se escurrió y reaccionó…
    
    - ¡Lo siento, Geni!... ¡perdonadme! Tengo que comprobar algo
    
    ¿Que podía pasar?
    
    - ¡Tengo que subir a casa chicos!, enseguida bajo.
    
    Subió a su cuarto, y llamó a su amigo.
    
    __Glorieta de Bilbao__
    
    Chencho sintió la vibración del móvil en el bolsillo del pantalón; y vio que era Diego. Pero, ahora no podía hablar con él, no era el momento. Lucía le estaba cantando las cuarenta y el alma le dolía demasiado.
    
    Lo miró, pero lo apagó inmediatamente; y siguió aguantando el chaparrón sin, ni siquiera, atreverse a levantar la cabeza…
    
    De repente, la vio levantarse de su asiento y salir de la cafetería sin mirar atrás. Se le escapó...
    
    Y sintió un gran gran vacío…
    
    … simplemente, no podía creerlo.
    
    El tiempo pasaba…
    
    Solo miraba como la ...
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