Mi primera vez con una niña 2 - Relatos Eróticos

Mi primera vez con una niña 2

... escuchaban los gemidos que daba Lucia moviendo ella también sus caderas. «Lucía, vos menstruas?», le dije sin dejar de movernos, «sí, por que?», me dijo con los ojos cerrados, «te la voy a meter en el culete, sin condón te puedo dejar ebarazada», le dije, haciendo que se levante y con mi mano la acomode contra su ano y ella entre gemidos de dolor y placer, se fue sentando haciendo que mi pija le entre por el ano. Yo le abría sus nalgas, escuchando como se quejaba a medida que mi pija le entraba toda en la cola. Lucía daba fuertes gemidos y tiraba su cabeza para atrás dejando que la mueva agarrando sus caderas. «Ponete en cuatro patas Lucía», le dije haciendo que se baje de encima mío. Abrí sus nalgas, su ano abierto, rastros de sangre en su conchita, apoye mi pija y me dejé ir, sintiendo como resbalaba toda mi pija dentro de su colita, hasta pegar sus nalgas contra mi cuerpo. «Nunca me imaginé disfrutar tanto contigo», le dije moviendo mi pija en círculos bien adentro de ella. «Te gusta follarme?», me dijo girando su cabeza y me miraba sonriendo mientras yo ...

... le seguía cogiendo la cola. «Me encanta», le dije metiendo bien adentro mi pija, haciendo que de un pequeño grito de dolor. «Ponme boca arriba y chupa mis pies mientras me follas el culete», me dijo haciendo que le saque la pija y ella se acomodó como dijo y gritaba, gemia, cuando se la volví a meter y pasaba mi lengua por entre los dedos de sus pies. «Si cariño, folla mi culete así que me gusta mucho», dijo Lucia, cerrando sus ojos y moviendo su cabeza para los costados mientras yo sacaba y metía mi pija de su ano. «Por que, por que?», decía Lucía entre gemidos,. «que te pasa?», le dije sin dejar de moverme, «me gusta tanto lo que me haces que me voy a orinar en cualquier momento», empezó a decir, a gemir y a orinarse mientras yo la cogía más fuerte, sacando casi toda la pija y metiéndola con fuerza, escuchando el sonido seco qué hacía la cola de Lucía chocando con mi cuerpo. Ella se volvió a orinar y yo le volví a llenar la cola de leche. «Te quiero Teo», me dijo abrazandose de mi, acariciando mis piernas con sus pies, y quedando bien acurrucada contra mí.