1. Me follé a mi cuñada II


    Fecha: 27/07/2020, Categorías: Anal Autor: morboso1957, Fuente: CuentoRelatos

    Este relato es continuación de otro anterior (Me follé a mi cuñada I)
    
    Estábamos abrazados en el sofá acariciándonos y hablando de lo que había sucedido. Los dos reconocimos que hacía años que nos teníamos ganas el uno al otro pero que, por la relación familiar, no dimos el paso adelante.
    
    Hablamos de nuestras parejas, que últimamente no nos satisfacían, de nuestros gustos sexuales, de nuestros deseos más ocultos y de cómo íbamos a llevar esto, puesto que los dos teníamos claro que queríamos seguir follando juntos.
    
    Teníamos un problema y era que en su casa era muy complicado quedar porque su marido estaba en el paro y se pasaba todo el día en casa, así que deberíamos buscar algún sitio para cuando acabara la temporada de caza, poder quedar. Seguramente no podríamos vernos durante la semana por nuestros trabajos, pero si el fin de semana sábado o domingo aunque fueran dos o tres horas. Es lo que había y teníamos que aceptarlo. Maite y yo lo necesitábamos aunque fuera poco tiempo y una vez a la semana. Su marido tras sufrir una depresión al quedarse sin trabajo tenía problemas de erección debido a la medicación y mi mujer, que nunca había sido muy ardiente, tras la menopausia aún peor, ya que pasaba olímpicamente del sexo. Así las cosas, para nosotros esta relación era una válvula de escape.
    
    Me contó que nunca había tenido sexo anal y que tampoco lo había deseado. Le pregunté si tenía algún deseo oculto y me confesó que si, pero que le daba vergüenza decírmelo. Le ...
    ... insistí mucho y tras decirle que el mío era follarme su culo que siempre me había atraído pero que no iba atosigarla con el tema, pero tampoco renunciar a lograrlo, me confesó, tras seguir intentando que me dijera cual era el suyo, que le gustaría que la mearan encima tras una buena sesión de sexo.
    
    Le dije que eso tenía arreglo, que yo se lo haría si me dejaba follarle el culo. Me pidió que por favor, no le hiciera chantaje, que nunca lo había hecho ni deseado y que mejor olvidáramos el tema de la lluvia dorada.
    
    Hubo un momento de silencio, pero no dejamos de acariciarnos. Busqué su boca que se me abrió deliciosamente y buscando su lengua la fui acariciando con la mía y luego absorbiéndola y notando que se iba agitando más. Tras unos minutos besándonos y acariciándonos, se agachando y se acercó a mi polla. Sin dejar de acariciarla la iba mirando con deseo, mirándome a mis ojos de vez en cuando. Yo tenía ganas de que empezara a lamerla pero no dije nada. Esperé pacientemente a ver que hacía ella mientras le iba a acariciando con una mano sus tetas y con la otra su culo. Le quité su sudadera y pantalón y la dejé solo con sus braguitas. Me gustaban sus pezones, la dureza de los mismos y sus tetas aún duras, a pesar de que no eran grandes, pero el tacto era increíble.
    
    Finalmente me miró con ojos de deseo y tras un suspiro comenzó a lamerme la polla poco a poco y muy despacio mientras yo le acaricié su cara en señal de agradecimiento. Se puso la punta en su boca y tras ...
«123»