1. Zet: la diosa de la lujuria y lascivia


    Fecha: 27/07/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Después de tanto tiempo de regresar de un internado de una escuela prestigiosa del viejo continente a nuestro país latinoamericano, regrese a casa de mi madre, ella, se veía encantadora, casada y divorciada a la vez, y digo así porque nuestros abuelos ya habían pactado el matrimonio de nuestros padres(lo cual no viene al caso, explicarle el porque ya que mi familia, son personas publicas en mi nación y el extranjero) soy lic. en filosofía y letras y actualmente estudio la carrera de lic en ciencias políticas.
    
    Mi madre esta a cargo de los negocios de la empresa de mi abuelo materno, y sé que es deseada por todo el edificio corporativo, ya que es una mujer sensual, exuberante, y un físico extraordinario, a sus cuarenta y tantos años, parece una mujer de 25. Bueno empezare con una frase del Sr Maquiavelo con respecto a la apariencia: "Cada uno ve lo que parece, pero pocos palpan lo que eres"...
    
    "Cada uno ve lo que parece, pero pocos palpan lo que eres"...
    
    Esa noche se veía encantadora, después de tanto tiempo sin verla, observarla de nuevo, era como conquistar al mundo, a los dioses.
    
    El corazón latía desorbitadamente, el impulso del deseo crecía cada vez que ella pasaba cerca de mí, al fin deseo (hablaba mi alma).
    
    Sabia que no disponía de mucho tiempo y que solo en sus sueños nos encontraríamos.
    
    Para mi era eterno ese proceso de que fuera a dormir, llegó a su casa se cambio de ropa y se puso una batita muy corta que se podía preciar el escote, color rojo ...
    ... pasión, se contemplaba su silueta, que hermosa figura, ese recorrer con mi mirada su cara angelical, sus pechos tiernos como un amanecer, sus caderas exuberantes como el amazonas, todo ella estaba encantadora, enigmática.
    
    De repente sonó el teléfono eso me hizo reaccionar, volver a la realidad, sabia que mi tiempo estaba contado y que pronto no estaría ahí, ella contesto la llamada y seguía hablando, entonces desde lo mas grande de mi corazón desee que colgara y que el sueño y el cansancio la capturaran.
    
    Cuando el Sr. sueño la empezó a seducir, le arrebate a mi dulcinea, a mi Josefina, y fui yo quien la estaba seduciendo para que se durmiera.
    
    las leyes de la naturaleza se estaban rompiendo, porque el Sr. sueño la quería también poseer, y le arrebate esa acción.
    
    Y así como estaba semidesnuda en la cama, empecé a besarles los pies de una manera sensual, tierna, única, poco a poco con mis manos y mi boca iba recorriendo su piel, y nuestra respiración empezó a tornarse como una música de chopin, que retumbada en las paredes del cuarto, ella inconscientemente se inquietaba, no sabia lo que pasaba, pero yo estaba alli.
    
    Había viajado tanto, y tan rápido a la vez, que no quería despreciar ningún momento de aquel sabroso manjar, néctar de los dioses. Mis manos empezaban a explorar cada rincón interno de ella, mientras mi boca se aproximaba a ingle, cada movimiento que hacíamos los dos, era en sincronía, ella sin darse cuenta, ya estaba inmersa en aquel espectáculo único ...
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