1. Mi vecino en el lavadero


    Fecha: 26/07/2020, Categorías: Anal Sexo con Maduras Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    En la época en que Víctor y yo vivíamos en Villa Urquiza, un vecino instaló un taller de chapa y pintura justo al lado de nuestra casa.Este buen hombre era bastante agradable, ya casi un cincuentón, muy alto y corpulento. También era bien apuesto.Al principio yo no tenía demasiada relación con él; pero cada tanto cruzábamos palabras en una charla casual cuando nos cruzábamos en la vereda.Un día estaba lavando ropa en el lavadero de casa, que estaba cruzando el patio trasero. Desde allí podía ver que no había nadie en el taller, ya que era demasiado temprano.De repente me puse a pensar en mi adorado esposo, que no me tocaba desde hacía varios días y entonces luna cierta calentura me invadió.Nadie podía verme dentro del lavadero y entonces levanté mi breve falda de jean hasta mi cintura y acaricié mis labios vaginales a través de mi tanga de algodón…La tanga me resultaba una incomodidad; así que la bajé por mis piernas hasta los tobillos. Entonces reparé en el suave borde redondeado de la pileta de lavado.Me acerqué a esa saliente y comencé a restregar mi labia expuesta contra ese suave borde. Cerré mis ojos y empecé a mover mis caderas hacia adelante y atrás, mientras mi concha comenzaba a humedecerse.El ruido del lavarropas apagaba mis suaves gemidos de placer.Estaba así disfrutando de la muy cercana llegada de un orgasmo, cuando una profunda voz me sacó de mi ensoñación.Abrí mis ojos y observé la escena a mi alrededor. Yo estaba con mi cola al aire, mi falda arrollada a la ...
    ... cintura y la tanga en mis tobillos.Mis labios vaginales estaban humedecidos y enrojecidos por el roce contra ese borde suave de la pileta.Pero, lo peor de todo, era que alguien me estaba mirando el culo.Un escalofrío recorrió mi espalda y me puse a temblar. Muy despacio giré mi cabeza y miré hacia la pared medianera…Allí estaba mi vecino asomado al borde; saludándome sonriente, aunque con una expresión de sorpresa en su mirada. Sus ojos no se apartaban de mi trasero desnudo…Yo me quedé inmóvil por unos instantes; pero después reaccioné y me moví a un costado, donde la puerta del lavadero ocultaba mi desnudez. Me acomodé la tanga y volví a aparecer frente a su vista, para devolverle el saludo, como si no hubiera pasado nada.El hombre me dijo si podía venir a charlar un rato, ya que debía hacer tiempo mientras se secaban unas piezas que había pintado.Le dije que no había problema y volví a entrar al lavadero. De pronto pude oír un ruido extraño y comprobé que este hombre había saltado por la pared en vez de entrar por la puerta.Me asombró su agilidad; pero no le di mayor importancia; el hombre, que se llamaba Edgardo, entró conmigo y se sentó cerca en la mesada. Le sonreí y él me devolvió la sonrisa.Estuvimos un rato ambos callados, mientras yo centrifugaba unas prendas y volvía a llenar el lavarropas.Debía esperar un rato a que terminara el programa de lavado; así que nos pusimos a charlar un rato.De repente me confesó que había estado espiándome desde la pared mientras yo me ...
«123»