1. Orgía en la piscina


    Fecha: 26/06/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Orgía en la piscina
    
    Tengo 17 años y estoy en el equipo de natación de mi colegio. Cuatro veces a la semana, madrugo a las seis de la mañana para nadar casi dos horas. Pero el esfuerzo vale la pena. Somos unos 40 chicos, 12 chicas guapisimas y 28 chicos muy sexys en sus bañadores Speedo ajustados y húmedos, que transparentan sin muchos tapujos los paquetes más bonitos y variados.
    
    Las duchas están debajo de la piscina, en una gran sala sin separaciones, no demasiado iluminada, que se llena enseguida de vapor cuando la utilizamos todos a la vez. Evidentemente nos duchamos en bolas, y a la mayoría de los chicos se les pone dura no sé muy bien por qué: ver tanto tío desnudo, el agua caliente, la relajación tras el esfuerzo, no lo sé.
    
    Desde hace algún tiempo, me pajeo con uno de los chicos que entrenan conmigo, Julián, cada vez que nos quedamos a solas. No es muy alto, tiene 16 años, pero su polla es gigante: 19 centímetros que con su estatura (aproximadamente 1,70 metros) parecen aún más. Le encanta sobre todo comerme el rabo. Esta misma mañana, estábamos solos en la sala de duchas, todos los demás ya estaban secándose en el vestuario; comentaba con Julián lo bueno que estaba uno de los nuevos, un chaval de 15 años que me la ponía dura sólo de verle: muy alto para su edad, cara de crío y un buen bulto bajo el bañador de competición, que al quedarse en bolas se convertía en una hermosa polla casi sin pelos; siempre se le ponía dura a los dos segundos de estar bajo el ...
    ... chorro del agua. En la penumbra y en medio del vapor, Julián se sonrió y se arrodilló delante de mí para mamármela con su habitual buen estilo. Le encantaba hacerlo hasta que me corría en su garganta, le volvía loco tragárselo todo. No aguanté mucho para regarle la boca con varios chorrones de lefa. Le besé con todo el cariño y mi lengua agradecida lamió mi semen en sus labios.
    
    Al día siguiente, en medio del vapor, Julián me hizo un guiño y a pesar de que había más chicos duchándose, se acercó y empezó a masturbarme primero, cogiéndomela sin reparos, y a chuparla después. Yo me cagué. Creía que nos iban a montar un pollo si se daban cuenta de lo que estábamos haciendo en un rincón de las duchas. Pero para mi sorpresa, fue alucinante: los 12 chicos que estaban en las duchas se sumaron al rollo. Fueron dándose cuenta de nuestra jugada, y comenzaron a masturbarse sus rabos hasta ponerselos duros a tope mientras algunos se acercaban con descaro. Yo cogí el rabo de Federico, un tiarrón de 18 años que tenía el pene totalmente duro y se había puesto a acariciarsela a nuestro lado, y me lo metí sin reparos en la boca, ante la sorpresa de Julián. A la vez, Andrés, un tío de COU, se meaba en mi culo mientras me decía burradas al oído, y aprovechaba su orina para lubricar su dedo índice que buscaba mi orificio. El ambiente en las duchas estaba aún más caliente que el vapor que salía de los grifos.
    
    Felipe, un chaval musculoso moreno y el más velludo del equipo ( le llamábamos "el ...
«123»