1. ¿Cómo me cogí a mi madre? 1


    Fecha: 26/07/2020, Categorías: Hetero Autor: Crusnik, Fuente: CuentoRelatos

    Desde que tengo memoria siempre hemos sido mi mamá y yo. Mis padres y abuelos fallecieron en un accidente dejándonos un gran seguro y una empresa que permitió a mi madre me cuide y estar siempre cerca de ella, por continuos viajes de negocios, lo que hacía que no haga muchas amistades.
    
    Al llegar a la adolescencia no se quitó mi complejo Edípico, sumado a que hallé unas fotos de mi madre en bikini cuando era adolescente. Sus piernas largas y contorneadas, sus caderas amplias, su cuerpo delgado, su estómago plano, sus senos firmes, su rostro lozano y bello, ondeando al viento su cabello largo castaño fue honor de varias pajas. Esas y otras fotos de su época hippie, incluso una en donde aparecía en topples de espaldas junto a su hermana.
    
    Es por esto que estudié psicoanálisis en la universidad e hice prácticas en un psiquiátrico. Al cumplir 20 años y antes de entrar al último año mi madre me ofreció un descanso en un bungalow en la playa. Teníamos un mes y medio de vacaciones. Llevé unas pastillas con las que tratan a los pacientes, desde hace varios días se las he estado vertiendo en el té antes de acostarse.
    
    La casa de playa tenía acceso al mar a través de una puerta de vidrio. Estaba alejado del resto de viviendas y al ser temporada baja no había nadie en la playa. Comimos algo y vertí una dosis un poco más alta del medicamento en su bebida, ya lo había hecho en los días anteriores.
    
    Decidí meterme al mar, a los pocos minutos llegó mi madre corriendo, sus tetas ...
    ... rebotando, su cabello al viento, con un cuerpo semidesnudo cubierto apenas por un bikini turquesa.
    
    ―¿Cómo está el agua, hijo?
    
    ―¡Bien! – respondí mientras me metía más al fondo para disimular mi erección.
    
    ―Un favor, tráete la sombrilla, la toalla, mi pareo y el bloqueador.
    
    Fui corriendo a la casa y vi la ropa tirada de mi madre en el sillón, removí un poco y vi sus bragas y sostén. Los empecé a oler para impregnarme los olores de mi madre. Me repuse a los segundos, pensé en lo enfermo que estoy. Cogí lo que me encargó y regresé corriendo para recuperar el tiempo perdido.
    
    Mi mamá está en el agua, una ola traviesa le bajó la parte de arriba de su bikini dejando ver un pezón rosado. Se acomodó rápidamente el traje de baño.
    
    ―¡Qué bueno que no había nadie!
    
    ―Sí – solo atiné a decir. No sabía si me estaba coqueteando o no. Mientras clavaba la sombrilla en la arena.
    
    ―Acércame la toalla, por favor. No me pude resistir a probar el agua.
    
    Mi madre se secó, colocó el pareo sobre la arena y se empezó a untar el bloqueador solar. Yo estaba embobado.
    
    ―Deja la cara de bobo y échame el bloqueador. Sabes que mi piel clara es sensible.
    
    Empecé a untar el bloqueador en su espalda, sintiendo su piel suave y tersa, el olor de su cuerpo y mar subiendo y bajando mis manos entre el nacimiento de sus nalgas y las tiras del top, por su cuello y hombros. Al terminar no pude evitar dar un beso en el cuello a mi madre, el cual tomó como un cariño. Sentí que su piel se erizaba y ...
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