1. Desafío de galaxias (capitulo 82)


    Fecha: 20/07/2020, Categorías: Incesto Autor: calvito, Fuente: CuentoRelatos

    Abrió los ojos y estuvo un rato desorientada en la penumbra. Los recuerdos del día anterior le vinieron a la mente haciéndola dudar de si había sido un sueño. Intentó incorporarse pero un dolor agudo en el muslo se lo impidió, se miró, y en la penumbra pudo ver que lo tenía vendado. No, no había sido un sueño, y el muslo no era lo único que la dolía, la verdad es que la dolía todo. Se giró hacia un lado para ponerse en el borde de la cama y dejó caer las piernas al tiempo que Anahis entraba en el dormitorio.
    
    —No seas burra, deja que te ayude que te vas a saltar los puntos de la pierna.
    
    —¡Joder! Anoche no me dolía tanto.
    
    —El doctor ha pasado antes a verte, pero no ha querido despertarte: ha dicho que ibas a estar muy dolorida y ha dejado un analgésico. Y que cuándo te despiertes y comas algo, te quiere ver en la clínica como un clavo, —dicho esto, la colocó el aplicador subcutáneo en el cuello e inyectó una dosis—. ¿Cómo te encuentras mi amor?
    
    —Hecha una mierda, si hubiera sabido que hoy iba a estar así, no me hubiera peleado con ese hijo de puta: hubiera mandado a Pulqui o a Bertil, —bromeó—. Pensaba que no me había alcanzado tantas veces.
    
    —Ya lo creo que lo hizo… y tú a él. Nos tuviste con el corazón en un puño.
    
    —Y golpeaba fuerte el muy cabrón. Por favor, acércame el uniforme.
    
    —No tienes, se los ha llevado Sarita a la lavandería. Y el de gala: a planchar.
    
    —¡Pero…!
    
    —Nada de peros, te recuerdo que estás de baja. ¡Ah! Y las ...
    ... condecoraciones…
    
    —¿Qué las pasa?
    
    —… a sacarlas brillo.
    
    —¡No me las voy a poner!
    
    —¡Sí! Ya lo creo que te las vas a poner.
    
    —¡Joder tía!
    
    —Te las vas a poner y no se hable más.
    
    —Pero son muchas: no me entran en el pecho, —dijo con retintín—. Me puedo caer hacia adelante con el peso de tanta puta chatarra.
    
    —¡Hay que ver como eres! Solo las federales y algunas nacionales, las más importantes… y una mandoriana porque son anfitriones del Cuartel General.
    
    —¡Joder!, no si al final llevare todas. ¿habéis previsto algo más para mí?
    
    —Que recuerde… nada más, pero no te aseguro que no vayan surgiendo.
    
    —¿No pensaréis también que voy a estar aquí encerrada todo el día?
    
    —¡Pues claro que no!, recuerda que tienes que comer e ir a ver al doctor, —y cogiendo unos pantalones cortos la ayudó a meter los pies en ellos. También la ayudó a levantarse y se los subió. La puso una camiseta de tirantes y unas chanclas en los pies: todo militar, por supuesto—. Ya estás.
    
    —¿No pensaras que voy a salir así?
    
    —Ya lo creo que vas a salir así: estás divina de la muerte. Yo me tengo que ir, que tengo muchas cosas que hacer. Ya he llamado a alguien para que se encargue de ti. Te cuento: esta tarde llegan el presidente, los ministros, y los cancilleres. Con él llegara la reverenda madre, y esta noche tus padres, que asistirán a la cena de gala, y los de Sarita y Felipe, —nada más decirlo, sonó el timbre de la puerta—. Tu acompañante, ya ha llegado.
    
    —¿Quién es? —preguntó Marisol con el ceño ...
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