1. Mi Tio El Ranchero (8 parte)


    Fecha: 14/07/2020, Categorías: Anal Primera Vez Masturbación Autor: Juan_Ivan, Fuente: xHamster

    OCTAVA PARTEDespués de haber tenido a mi papá adentro de mí esa noche, no tengo otro recuerdo que el de la mañana siguiente. Fue la primera vez que disfruté del inmenso placer de caer rendidamente dormido después de coger.Lo primero que arrebató mi mente esa mañana, fueron las ganas inmensas de orinar. Sin pensarlo, me levanté, corrí al baño y para no perder tiempo en preámbulos, me senté y me dejé drenar por la fuerza de la gravedad. Mi intestino también se sintió invitado a desalojar lo que no necesitaba y ahí fue cuando me reconecté con la noche anterior: ¡qué pinche dolor! Era un dolor, si acaso no intenso, era nuevo para mí, pero con el dolor llegaron los recuerdos y me reubiqué en la realidad. Y estaba sentado en la taza del baño, recapitulando los recuerdos y sintiéndome cada vez más y más feliz, cuando caí en la cuenta de que seguía desnudo. Esta vez nadie me "vistió" mientras dormía, cosa que me pareció genial.Al salir del baño, lo primero que se me ocurrió fue regresar a la cama, como para atesorar lo que había pasado la noche anterior, pero eso sí, sin poder olvidar el "dolorcito" en mi ano. Me senté, me acosté y pegué mi nariz a la almohada de mi papá: su olor seguía ahí... ¡qué placer!... ¡que embriaguez de placer!... ¡que delicia!... PERO... tuve otra pulsión muy exigente a esa edad: HAMBRE.Como estaba, sin ropa, salí a la cocina para descubrir una sartén con huevos rancheros y una nota al lado, que decía:"Hijo:Tu tío y yo nos fuimos al banco. Por favor ...
    ... desayuna y prepara las maletas que nos vamos en cuanto lleguemos".Eso de que "nos vamos" no me gustó nadita, pero era inevitable. Mi papá debía volver al trabajo y yo, a la escuela y a la realidad. Temía que al volver a la ciudad mi papá volviera a ser el mismo de antes, pero al mismo tiempo sabía que ya nada iba a volver a ser igual. Mis sentimientos eran ambivalentes, pero había que esperar a que corriera el tiempo.Recordaba perfectamente la charla que acordamos tener mi papá y yo, y eso era punto a mi favor.Para cuando oí el ruido del motor, yo ya estaba vestido y con las maletas en la puerta. Estaba cepillándome los dientes cuando entraron a la casa. No entendía lo que estaban diciendo, pero sí reconocí el tono determinante de mi papá. Cuando entré a la cocina, mi papá me recibió con una gran sonrisa, cosa que me tranquilizó mucho, pero en cambio mi tío tenía cara de pocos amigos. Pregunté que qué alegaban y el tío le ganó la palabra: "¡Pos aquí tu pinche padre!, que no me quiere hacer caso. Le digo que se queden otro día o que te quedes tú una semana y que luego venga por ti, ¡pero no quiere nada!". A mí me chispearon en la mente ambas opciones, me agradaron, pero cuando volteé a ver a mi papá, éste ya tenía su gesto de: "Mi respuesta es NO". Sería inútil quererlo convencer, pero a mí se me ocurrió algo: "Oiga tío: si yo le prometo que voy a convencer a mi papá de que regresemos dentro de 15 días, ¿ya se quedaría más tranquilo?". Finalmente convencí al tío de que se quedara en ...
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