1. Un día de mis vacaciones (II)


    Fecha: 12/07/2020, Categorías: Lesbianas Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... dijo que la diligencia podía tomar más tiempo del disponible si no se apresuraba, así que se cambió de ropa y se dispuso a salir: - - - Cata, aquí te dejo con tu amiga, trataré de no demorarme, si tienes hambre pide algo, debo irme rápido. - Está bien tía, no te preocupes.
    
    - - Cerró la puerta y escuchamos el ruido de sus zapatos alejándose constantemente hasta desaparecer, era increíble, en menos de un minuto me estaría revolcando violentamente sobre mi amiga, había esperado eso por cinco meses eternos; volví mi mirada a Cata, una vez más la encontré hermosa, se sonrojó cuando se lo recordé, mirándola por otros segundos la tomé de la mano y la atraje hacia mí dispuesta a besarla, pero ella me apartó diciendo con su habitual terror a ser descubiertas:
    
    - - - Espera unos minutos, ¿qué tal que se devuelva y nos encuentre en pleno ajetreo? - No, eso no va a pasar -le dije mientras lamía suavemente su oreja- vamos a pasarla genial en este fin de semana.
    
    - - Luego besándola en la boca y tomando sus delicadas pinzas para desabrocharlas le escuché decir: - - - Andrea... mmmfff, tengo miedo, mmmff... mejor aquí no... mmmfff.
    
    - - Pero yo no le presté atención, le quité las pinzas, el reloj y algunas joyas, para luego acostarme sobre ella hasta sentir cómo me embriagaban sus besos, quería besarla como tanto quise en este tiempo, besarla lo suficiente como para soportar al menos media hora sin su compañía; me recosté cómodamente sobre ella acariciándole lo que me pusiera a ...
    ... disposición, entrelazando sus piernas con las mías y excitándome cada vez más al escuchar sus ruegos de parar todo porque nos podían pillar.
    
    - - En media hora seguíamos besándonos, sentíamos nuestras bocas mojadas y nuestros cuerpos ansiosos, a veces nos movíamos rítmicamente, nos arrancábamos débiles gemidos al pronunciar más nuestros profundos besos, en medio de las caricias que nos dábamos se encontraban nuestras manos y se entrelazaban, era en esos momentos cuando regresaba un poco a la cordura y le echaba un vistazo a mi conciencia, analizando las cosas, sentir sus dedos mezclados con los míos apretándome me hacía más que desearla, amarla y sobre todo querer llegar con ella a los límites del placer y más allá si era posible. - - Entre estos pensamientos, la estimulación física que estaba recibiendo y los casi mudos gemidos que se desprendían de Cata deseé sentir otra vez el puro éxtasis en brazos de mi amiga y hacerla gozar a ella de forma inolvidable, así que presa de una excitación incontenible me separé y la levanté como pude quitándole la ropa y desnudándome posteriormente, una vez desnudas la acosté en la cama y le abrí las piernas, le di suaves besos al rededor de su entrepierna sin pasar nunca por su clítoris o su vagina (tarea bastante difícil, pues el clítoris de mi amiga invitaba a ser comido sin descanso) hasta hacerla mover violentamente, deseando ser mía otra vez, después de un tiempo tan largo: - - - Vamos Andrea, ahhh... hazme tuya otra vez, mmmm, qué ...
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