1. Ana recibe su castigo en una calle oscura


    Fecha: 26/06/2017, Categorías: Anal Sexo con Maduras Voyerismo Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... gemidos y suspiros de mi mujer. Con mis dedos le acariciaba también el clítoris, así que en pocos minutos sus suaves jadeos se transformaron en temblores y aullidos al alcanzar un nuevo orgasmo. Finalmente llegué yo también al mío, descargando todo mi semen dentro de esa cola magnífica.Luego de cenar Anita se vistió para ir al encuentro de Ricardo. Esta vez no eligió nada sexy ni provocativo. Simplemente un jogging suelto que no estilizaba su figura de ninguna forma y por supuesto, sin ropa interior.A la hora prevista llegamos a la dirección que había indicado ese tipo, un lugar muy oscuro y desolado, donde no se veía nadie en las calles.La zona era realmente tenebrosa, aunque justo en ese lugar funcionaba un foco que daba cierta luz tenue al lugar.Apenas habíamos descendido del auto, cuando tres sombras se abalanzaron sobre nosotros.Dos hombres fornidos inmovilizaron a Anita, mientras el tercero forcejeaba conmigo, apuntándome con un arma a la cabeza y ordenándome que me quedara quieto o las cosas serían todavía mucho peor. Enseguida me aferró las manos a mi espalda y sentí que me colocaba esposas en mis muñecas. Podía ver a mi esposa totalmente indefensa a merced de esos dos tipos, que ya la habían amordazado y comenzaban a manosear su cuerpo. Uno de ellos le bajó el jogging hasta las rodillas y le metió bruscamente un manotazo en la vagina, provocándole un intenso aullido de dolor a través de la mordaza. Se tocó los dedos riendo:“Qué tremenda trola resultaste, ya estás ...
    ... chorreando a mares… !”El otro dijo entonces que aprovecharía esa humedad en primer lugar. Tomó a Anita por la cintura y la subió al capot de nuestro auto, sacándole el jogging y las zapatillas casi en el mismo movimiento.El que me cuidaba adivinó mi pensamiento al ver mi cara de pánico, sabiendo que Ana iba a ser sometida por esos tres desconocidos:“No te preocupes; yo no la pienso tocar, no me interesan las mujeres.”El primer hombre ya tenía su garrote bastante erecto, grande y durísimo, listo para penetrar a Anita. Lo pude ver mientras se acomodaba entre las piernas abiertas de mi esposa y enseguida de un solo empujón se la metió hasta el fondo. Ella dejó escapar un lastimero grito de dolor, ya que esa verga era bastante grande y la embestida había sido muy violenta. El tipo se dedicó a su propio placer, sonriendo mientras mi mujercita gemía bajo la mordaza y lo miraba con ojos aterrorizados. Quiso atacarlo con sus puños cerrados, pero el segundo atacante entonces se ubicó detrás de ella y le sujetó ambas muñecas, dejándola totalmente inmóvil.La tortura duró varios minutos, durante los cuales Ana solamente parecía mostrar desagrado por la situación, aunque en algunos momentos sus quejidos se convertían en suaves gemidos. Repentinamente el hombre se tensó mientras aullaba de placer y supe entonces que había descargado su semen dentro de esa delicada vagina.Todavía faltaba el segundo. Los dos hijos de puta rieron e intercambiaron posiciones. Ahora el primero sostendría a mi ...