1. Esclava-puta del Perro


    Fecha: 09/07/2020, Categorías: Dominación / BDSM Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... solitario.
    
    "Puedes hacerlo fácil o difícil, si es difícil te rompo la ropa y te dejo en bolas en la puerta de tu casa, si es fácil te desnudas, te culeo y te dejo en tu casa vestidita" me dijo con una voz muy suave, casi meliflua.
    
    Me puse a llorar y le rogué que no me hiciera nada, que yo no quería culear, que era chica, en fin todo lo que se puede decir en esos casos. Tiró del asiento hacia atrás y me subió el vestido dejando al descubierto mi falta de ropa interior.
    
    "Todas las putas son iguales se hacen las santitas!" me giró brusco y bajó la cremallera de mi vestido y lo tironeó hacia arriba.
    
    "Yo me lo saco señor, no lo rompa" dije asustada, al sacarlo quedaron mis tetas sin brasier sueltas, él me estaba dedeando la raja y yo me había mojado con sus dedos que entraban y salían en una rítmica semi culeada mientras el pulgar frotaba y rotaba en mi clítoris, gemí, sentí como se bajaba la cremallera con su mano libre y supe que me iba a penetrar, me alzó el culo y punteó mi concha mojada le costaba entrar, era demasiado grueso, pero a pesar de mis quejidos y súplicas me lo metió de un golpe secó haciéndome gritar de dolor, entraba y salía y yo sentía que me partía, su cuerpo sudaba y su sudor caía en mi espalda desnuda, yo me quejaba, lloraba y gemía de gusto, porque expertamente me apretaba el clítoris, tuve tres orgasmos violentos, salió de mi concha y siguió con los dedos, pero ahí vino lo peor, me lo puso en el anillo del ano y empujó con fuerza.
    
    "!AUUUUUUU, ...
    ... AAAYYYY! Nooooo por ahí no" grité a todo pulmón y no saqué nada ya estaba dentro más de la mitad, otro empellón, otro aullido y grito mío y entró entero. Se quedó quieto y se sacó la camisa, su barriga descansaba en mi espalda, me seguía entrando y saliendo con los dedos de la concha y volví a tener un orgasmo, escuche su risa, y empezó a bombearme el culo, yo ya no podía gritar pues gemía con cada orgasmo que me sacaba, la noche era eterna, se vino en mis tripas dos veces dando bufidos de animal en celo, pero me dejó enculada, yo seguía lanzando chorros de calentura y orgasmos, no paraba en mi raja. Se puso duro dentro de mi recto y volvió a repetir todo de nuevo, ya ni sabía que hora era, no sabía que pasaba, solo que estaba recibiendo la culeada más intensa que había tenido jamás y era de un viejo, barrigón y calvo, de patas cortas pero con el pico más rico que me había comido nunca. Me llenó el culo de su leche ardiente y luego de eso espero y lo sacó, me giró y me hizo chuparlo, me partió los lados de la boca donde me lo metió adentro, pero a pesar del asco que me daba su cuerpo grasiento se lo mamé como pude y no paré hasta sacarle la leche que tragué ávida.
    
    Me pasó mi vestido, se puso la camisa y sacó el seguro de la puerta y se bajó, si era chiquito, un metro cincuenta y cinco a lo sumo, se subió el pantalón y el boxer y lo abrochó, dió la vuelta y se subió para manejar, enderezó mi asiento y partimos, empezaban a ceder las sombras de la noche cuando me dejó en la ...