1. deliciosa experiencia con mi padre


    Fecha: 08/07/2020, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... sentí algo que se derramó en mi interior y mi padre lanzó un largo suspiro de satisfacción. Cesó el movimiento y me quedé un rato con su pene dentro de mí y él me abrazaba tocándome mis testículos y frotando mi pene de tal manera que me tenía extasiado. Luego de un rato me levanté y sentí ganas de expulsar aquello y mi papá comprendió lo que me pasaba, entonces me pidió que esperara, se puso de rodillas tras de mi y acercó su boca a mi ano y lo lamió de tal modo que sin más solté lo que había dentro y él lo recibió en su boca. Yo tenía curiosidad de saber de que se trataba y le pedí que me diera un beso en la boca y me permitiera probar aquello, era como compartir la intimidad, como probar aquel néctar que había sido de él luego mío y regresaba a él. Bebimos los dos aquellos jugos de sabor neutro y de olor raro. De momento me vinieron ganas de defecar y pensando que se trataba de más de aquel néctar le pedía a papá que lo tomara como lo había hecho antes, pero ahora algo que me apenó mucho sucedió. Salió aquella masita ocre de consistencia como de crema de maní. Mi padre no dijo nada e hizo como la vez pasada. Tomó aquel producto en su boca y parecía saborearlo de tal modo que le pedía nuevamente el beso que me permitiera probarlo. El sabor era lo de menos, ...
    ... sentía yo como había vuelto a brillar el sol y ahora me sentía motivado a vivir. Le pedía a papá que me permitiera hacer lo mismo que había hecho con migo, intenté metérsela por el ano pero no coincidíamos en altura, entonces él tomó la iniciativa de ponerse en cuatro, pero mi pene no tenía la consistencia suficiente para penetrarlo entonces me agaché y comencé a lamer aquel pozo que se abría entre dos rocas firmes. No duramos mucho tiempo haciendo eso por las dificultades técnicas que representaba, abrimos a mojar nuestros cuerpos temblorosos de moción por aquella hermosa experiencia y con toda la tranquilidad del mundo volvimos a tomar jabón y a pasar las manos él por mi cuerpo y yo por el suyo, entreteniéndonos claramente en los genitales. Par entonces su pene estaba flácido pero grande y a fuerza de frotaciones con la suavidad del jabón volvió a su estado de firmeza. Estábamos en eso cuando mamá viendo que habíamos tardado mucho tiempo se asomó al baño y nos encontró cuando yo chupaba aquel delicioso pene de nuevo. Ella sin reparar me preguntó si ahora me sentía mejor, yo de inmediato me paralicé y no sabía que hacer pero ella sonriendo me dijo. Mi querido bebé, ya es hora de cenar, prepárense que hay un delicioso postre. Yo pensé ¿qué mejor postre que este? 
«123»