Mi excitante profesora de Química - Relatos Eróticos

Mi excitante profesora de Química

Todo empezó en mi segundo año de bachillerato. Tenía 18 años. Mi profesora de química llamada Malena, se caracterizaba por ser una persona muy exigente y seria, en cambio yo la veía distinto.

Era una mujer alta de unos 25 años, piernas hermosas y unos senos enormes. Nunca me había fijado en las mujeres, pero algo se despertó en mi al verla por primera vez en clase. Ella se presentó, llevaba una túnica que le cubría parte de las piernas, pero aun así se podían apreciar debido a que su pantalón era muy ajustado. No podía pensar en otra cosa que en el deseo de poder hacerla mía.

Yo pensé que estos deseos y fantasías iban a ser una cosa del momento, debido a que nunca antes había pensado en mujeres, pero a medida que pasaban los meses, mis ganas de cogerla aumentaban. No podía aguantar más así que empecé a mirarla fijo en clase, me mordía los labios y ella notaba mi deseo, pero ella no me seguía el juego. Pasaron un par de semanas desde que empecé a coquetearle, y ella empezó a seguirme el juego.

Un día, fue a clase con un buzo con un escote en el cual se veían sus apretados senos esperando a ser manoseados, al entrar a clase me miró fijo para provocarme. En la clase estuve bastante correcta, cada tanto jugaba con una lapicera en mis labios y ella me observaba de reojo. En un momento nos dio un ejercicio para hacer, le pedí ayuda porque no lo podía hacer. Ella se acercó hacia mi lugar y me empezó a explicar, y de repente nos tocamos las manos, yo me puse muy roja y ella ...

... hizo como que, si no pasó nada y siguió explicándome, pero yo seguía sin entender entonces le dije:

- Profesora, sigo sin entender, me cuesta mucho nunca lo voy a aprender y voy a perder la prueba semestral.

-Florencia, prestame atención, este ejercicio no es difícil y a ti te va muy bien en química.

Cuando me dijo esto aprovecho la situación para tocarme la espalda. Me excité tanto que le tuve que pedir para salir al baño así me podía masturbar.

Los días seguían avanzando y mi profesora y yo seguíamos haciendo lo mismo. Un día en clase informo que iba a estar dando clases de apoyo en la institución los martes y jueves en la noche, al escuchar esta noticia me entusiasme muchísimo, podía tener la oportunidad de tener sexo con ella, mis ganas de tocarle y chuparle esos enormes senos aumentaban con esta noticia. Llegado el martes a la noche, me presenté a la institución de forma un poco impuntual, fui directo al laboratorio de química y al llegar noté que la profesora le estaba despejando dudas a unos compañeros, entré de forma silenciosa y me senté sola al fondo así la podía mirar con tranquilidad.

Mis compañeros se fueron y quedamos solo ella y yo, se acercó hacía mí y me preguntó cuál era mi duda, le mostré en mi cuaderno de apuntes mi dificultad, ella me empezó a explicar y yo la miraba fijamente a los ojos, cada tanto me desviaba y le miraba los senos que estaban muy pegados a la tela de la remera que llevaba, me puse muy caliente y ella lo noto.

Posó su ...