Mis dos familias - 10 de 10
Fecha: 03/07/2020,
Categorías:
Primera Vez
Autor: Albany, Fuente: CuentoRelatos
... algún murmullo o suspiro, escapando de las bocas de los amantes cercanos al besarse.
-Sí, resulta todo muy tierno. -sentí envidia de los bultos que se movían sobre la hierba, cadenciosos y llenos de misterio, imaginando lo que sucedía por los murmullos y sofocadas risas.
Álex me adivinó el pensamiento, me retiró la almohada que era su abdomen y se situó paralelo a mi. Nos giramos para vernos de frente y se acercó hasta fundir los alientos.
Me besó al principio con un roce leve de labios por segundos de tiempo, cuando los iba a separar los seguí con los míos y le abracé el cuello, gimió dejando caer la cabeza sobre el verde.
-¡Telmo, Telmo, Telmo! ¡Te quiero, joder, te quiero! -sus besos eran fuego y respondía a todas sus caricias, éramos una más de las parejas de enamorados, o con ganas de sexo, revolcándose en la hierba.
-Yo también Álex, creo que te quiero y me estas enamorando. -sacó mi camisa del pantalón y metió la mano para acariciarme el estómago y el pecho, yo resulté más atrevido, o adelantado, y busqué su entrepierna con la mano.
Por lo que pude palpar Álex estaba bien dotado, nunca lo había visto totalmente desnudo, como máximo en bañador y ahora su polla latía bajo la palma de mi mano, la pasé varias veces por su longitud y mi chico comenzó a gemir. Eso me animó a bajarle la cremallera y meter la mano buscando el calor que desprendía su sexo.
Álex proyectaba las caderas para hacer más contacto y a través de la tela se lo agarré. Me había ...
... levantado la camisa hasta el cuello y lamía una de mis tetillas chupándola.
-Te deseo Telmo. -tuve que retirar la mano cuando se apretó contra mi pierna frotando su bulto contra ella.
-¿Quieres que lo hagamos? -le pregunté apretándole la cabeza contra mi pecho.
-¿Tu lo deseas?
-Sí Álex, quiero que me tomes y me hagas tuyo, lo deseo, mira. -le cogí la mano para llevársela a mi polla y que notara lo excitado que me tenía.
-Pero, ¿aquí? -pareció dudar y no quería que me dejara en el estado en que me encontraba.
-Lo hacen todos, escucha. -se oían los gemidos apagados, algunos no se podían contener y sabías el momento que gozaban de un orgasmo o eyaculación.
-Ven sígueme, nos alejaremos un poco. -fui a su lado hasta una pequeña bajada en desnivel, a medio camino había un sauce llorón no muy grande, sus ramas parecían una falda de mujer, como unas cortinillas donde las miradas no podían penetrar y estaba bastante oscuro.
Me apoyó la espalda en el tronco del sauce abrazándome y continuando sus besos, para mi era más fácil meterle la mano y cogerle el pene, todo ello a oscuras y dejando que nuestras manos obraran, me sentía tan feliz que no me importaba que me follara allí o en una cama.
Se abrió un poco la camisa para que su pecho tocara el mío y seguía besándome acalorado, metiendo la lengua en mi boca y reclamando que le hiciera los mismo, entrelazábamos las lenguas y el aliento compartiendo las salivas.
Le acaricié el fuerte cuello y subí las manos hasta ...