1. Aventuras en Grindr part. 1 (el casado)


    Fecha: 02/07/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Mi nombre es Daniel, tengo 19 años, soy estudiante universitario, y por azares del destino obtuve muchas deudas, así que por recomendación de un amigo descargué Grindr para comenzar como scort. Me describo, mido 1.73, soy moreno claro, cabello rizado, delgado, nalgón, mi pene es ligeramente curvo hacia la izquierda, mide 20 cm (no, no exagero), y soy activo, aunque de vez en cuando me dan ganas de dar una buena mamada, y no es por nada, pero lo hago muy bien ;) Este relato sucedió hace 3 días, me encontraba harto de tener que venderme, quería simplemente disfrutar de un buen culito, así que entre a la aplicación, muchos mensajes, pero uno en particular llamó mi atención, me pareció misterioso, así que no dude en contestarle, me dijo que estaba a 5 minutos de mi casa y que se encontraba sólo, así que no dude en ir. Llegué y lo noté nervioso, pero no dije nada. -¿gustas ponerte cómodo? Hace mucho calor- dijo él. - si quieres pasemos al clima. Caminamos hacia su habitación, y me di cuenta de que yo tendría el mando, lo noté sumiso, justo como me gustan. Me senté sobre su cama, y lo primero que noté en la habitación fue una cuna y pañales, pero no dije nada. -¿y qué quieres hacer?- preguntó. -¿tú qué crees?- fue todo lo que le dije. Esa simple pregunta bastó para que en segundos ya estuviera sobre mí, me besaba con frenesí, desesperado, y yo no perdía el tiempo, comencé a tocarla esas nalgas que me llamaron la atención desde que crucé la puerta, y eran justo como las imaginé, ...
    ... grandes, redondas, exquisitas. Poco a poco comenzó a quitarme la playera y a desabrochar mi pantalón, ¡Dios, que mamada la que me dió! Tomó mi pene entre sus manos y lamió la punta, me estremecí ante ese contacto y él parecía disfrutarlo, pues me observaba desde abajo, poco a poco fue metiéndose cads milímetro de mi erecto pene, subía y bajaba lentamente, la metía hasta el fondo, hasta ahogarse él sólo, escuchaba sus arcadas y lo veía sacar mi pene, para continuar lamiendo mis testículos, son pocas las veces que me gusta que hagan eso, porque por lo regular lastiman, pero él, él no, se las metió una por una a la boca, jugaba con su lengua, las succionaba, y luego recorría la longitud de mi falo con la punta de su lengua, para llegar a mi glande y succionar todo mi pene nuevamente, parecía hambriento, y juro que estuve a punto de correrme, pero quería más, quería reventar ese culito. Lo tomé de los hombros y lo alcé, le di la vuelta y bajé su ropa interior, las nalgas más bellas que he visto. -Despacio, ni estoy acostumbrado a esto- me dijo suplicante. Tome el condón y me lo puse, tomé un tarro de vaselina que tenía allí y lo unté sobre mi verga, le coloqué vaselina en el ano, y sin más ni menos se la dejé ir. -¡Me duele!- gritó. - sácala por favor. Pero no hice caso, comencé a bombear lentamente mientras escuchaba sus quejidos. No demoró en que estos se convirtieran en gemidos de placer. -¡Ah, sí papi, así!- decía él. Y yo entraba y salía, lentamente, después rápido y lo ...
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