1. Putito para todos 10 La crueldad del ser


    Fecha: 02/07/2020, Categorías: Gays Autor: Alvaro-L-de-H, Fuente: SexoSinTabues

    ... estremecimientos, me senté en la cama horrorizado, aún creyendo que el sueño era verdad y comencé a llorar silenciosamente. Salí al pasillo, de la habitación de mi hermano continuaba saliendo el rayo de luz debajo de la puerta, y al acercarme escuché los gemidos ahogados de los amantes que no terminaban de hacer el amor. Abrí con cuidado la puerta de papá y avancé hasta la cama, reinaba una tenue claridad que entraba por la ventana cerrada, permanecía con la parte superior del cuerpo desnudo. La sábana y la colcha le llegaban justamente hasta el abdomen, me detuve a contemplarle y abrió los ojos. -¿Qué, qué sucede Ángel? -hablaba pero parecía que lo hacía entre sueños. -Tengo miedo papá, ¿puedo dormir contigo? -en lugar de responder se apartó para dejarme lugar a su lado, retiró la ropa para luego volver a taparnos a los dos, como era frecuente en él dormía totalmente desnudo. Me coloqué de espaldas a él y abrazó mi abdomen llevándome hacia su cuerpo hasta que nuestras pieles se unieron. Necesitaba su calor, su cariño, que me abrazara y no sentirme solo. El lugar donde había estado él estaba caliente, la cama olía a su ligero sudor, los pelos de su pecho acariciaban mi espalda y besó mi cuello. -Mi bebé, ¿estás bien? -me sentía tranquilo, en paz, relajado entre sus poderosos brazos, sintiendo su fuerte respiración en mi cuello y un ligero beso de sus ardorosos labios. -Papi. –es lo único que salió de mis labios en ese momento, retraje un poco mis nalgas hasta que sentí el ...
    ... mullido cojín de los pelos de su pubis en mi culo, me abrazó más fuerte hacia él y comencé a sentir como su verga despertaba. Era algo instintivo en mi y elevé mi pierna para que su polla entrara entre las mías, era ya un hierro candente y duro que acariciaba con su húmedo glande mi perineo y golpeaba en mi escroto por encima de la tela de mi pantalón, me los quité ayudado por mis manos y pies perdiendo el contacto con su miembro que luego rápidamente busqué. -Levanta un poco más la pierna bebé. –sentí su fuerza de macho empujar y resistí el envite hasta que su gordo glande venció la resistencia de mi esfínter, se fue metiendo totalmente dentro de mí. Llevé mi brazo izquierdo para abrazar su cuello y busqué con ansia su caliente boca para morderla, besarla y pedirle su cálida lengua. Poco a poco fue dándome la vuelta hasta colocarse sobre mí, su fuerte y peludo pecho y abdomen posados en mi frágil y delgada espalda, para iniciar la montada de la delicada y entregada hembra. Gruñía pegado a mi espalda tirando de mis hombros, doblando mi cuerpo para meter hasta el fondo su larga barra de carne, luego sujetaba mi cintura enterrando mi cara en las sábanas, montándome sin piedad, mostrando su poderío de viril macho. Su verga atravesaba con fuerza mi carne, el hombre fuerte y experimentado cubría a la servil, sumisa, frágil y joven hembra entre bramidos de placer mezclados con palabras cariñosas. Minutos después se clavó profundamente y entre roncos y viriles jadeos su polla escupía ...
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