1. Me doy el gusto con Naty (II)


    Fecha: 01/07/2020, Categorías: No Consentido Autor: beto69, Fuente: CuentoRelatos

    —Papi, voy a acabar… ¿Querés probar mi lechita…?
    
    —¡¡¡Si!!!
    
    Apenas contesté, la preciosa nena con pija empezó a largar su leche dentro de mi boca. El jugo caliente, espeso, rico, lo tragué en parte, y algo se escurrió por mis labios. Naty chillaba de placer.
    
    Estos son los últimos párrafos correspondientes a la primera parte de mi historia con Naty.
    
    Recién habíamos empezado. La trans, entre jadeos, me pidió que la bese y no me toque la verga. Nuestros labios se unieron y ella succionó su leche, para luego jugar con su enloquecedora lengua dentro de mi boca.
    
    —Te confieso que muy pocas veces acabo cogiendo con un hombre, y lo hice con vos, porque me gustás… Ahora voy a sacarte tu lechita… y de paso, te enseño… -aseguró Naty.
    
    —¿Enseñarme qué? – pregunté, sospechando como sería la “lección”.
    
    Su respuesta fue tomarme de la mano y llevarme a su dormitorio. Además de una linda cama de dos plazas había espejos en las cuatro paredes y el techo, y tres grandes televisores Led, al frente y los costados del lecho.
    
    —Acostate… ordenó.
    
    Obedecí mientras Naty me ofreció una lata de cerveza que sacó de un frigobar y, tras tocar unos botones que estaban en su mesa de luz, aparecieron en las tres pantallas tres videos porno. En todos aparecían trans cogiendo en orgias. Y como estaban con volumen alto, la pieza estaba inundada de quejidos y gemidos.
    
    Ella se acostó a mi costado izquierdo y comenzó a acariciarme con sus suaves manos el vientre, los muslos, la ...
    ... pija.
    
    —¿Voy a mirar videos para que vos me pajees? Por Facebook te conté que esto lo hago casi todos los días… Te deseo a vos… —reclamé.
    
    Naty se rio encantadoramente.
    
    —Amor, lo que quiero es que se te ponga bien grande y dura así me reventás el culo… -contestó.
    
    A continuación, abrió el cajón de la mesita, tomó un pomo de aceite, se embardunó su hoyito, y luego se paró encima de la cama, a la altura del término de mis muslos.
    
    El espectáculo era estupendo: piernas hermosas, un culito precioso, y una pija a medio parar. Naty se abrió sus nalguitas, mostrándome un círculo palpitante, y comenzó a descender. Mi poronga, al máximo, apuntaba hacia arriba. Ella apoyó el culo. Y empezó a moverlo alrededor.
    
    —Papi, ¿me la vas a clavar hasta el fondo? Dame duro…
    
    Y se sentó sobre mi pija. Fue impresionante. Había cogido por el culo a algunas chicas, pero siempre resultó complicado. Con Naty mi verga entró sin problema. El calorcito me hacía delirar, y a esta ricura, debido a que ella se había sentado mirándome, su carita, sus tetas y su pija estaban delante de mí. ¡Gozo total!
    
    —A partir de ahora, memorizá todo lo que hago con mi culito, todo lo que hago con tu pedazo dentro… —dijo Naty.
    
    Sentí como ese precioso agujero ahorcaba y soltaba mi pija, como si ese culo fuese una boca que tragaba, mordía y soplase aliento caliente en el glande. Cuando parecía que iba a largar mi leche, el ritmo del culo se detenía y las manos de Naty apretaban mis bolas y perineo. Así me cogió ...
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