1. Rompiendo la rutina y el coño de mi compañera de trabajo


    Fecha: 27/06/2020, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Rolandoinfiel, Fuente: CuentoRelatos

    Ya estaba cansado de mi novia, nada de ella me satisfacía realmente, hacía tiempo que ya no la veía como antes y sólo pensaba en la hora de escapar de ese compromiso para siempre, lo que en algún momento tanto anhelé, resultó ser mi peor infierno.
    
    Ya lo tenía todo planeado en mi cerebro, alquilaría un pequeño apartamento en el pueblo, hasta sabía con exactitud el orden en que desfilarian por él mis coquetas alumnas, ya vendría el momento de madurar, después de todo, que tantas niñas lindas de 18 años se fijarán en mí, era la más clara señal de que aún no era el momento.
    
    Ese jueves fue particularmente frustrante, Sonia, mi novia con la que vivia en la capital, había estado insistiendo con el cuento venir a verme, había una fiesta en el colegio y no tuve más remedio que invitarla, la sola idea de que me vieran con ella me producía nauseas, no es que fuera realmente horrible, pero tenía esa actitud de puta descarada y risueña que en su persona ofrecía un espectáculo deprimente. Al fin la suerte estuvo de mi lado, o eso creí, y por su trabajo no pudo venir.
    
    La fiesta estuvo divertida, sobretodo cuando las calientes de once empezaron con sus coreografías que más parecían una exhibición descarada de culos, imagino a mis pobres, viejas y flácidas compañeras muertas de envidia al ver tanta carne fresca, me tomé dos cervezas y ya estaba listo para irme a casa cuando apareció ella, la que sería mi amante, la había visto un par de veces, tenía una linda sonrisa y una mirada ...
    ... interesante, eso lo notabas cuando podías dejar de ver sus enormes tetas por un momento.
    
    Se le notaba que me tenía ganas, yo ya estaba medio prendido y ese par de tetas me convencieron de quedarme, seguimos tomando y terminamos en su casa, obviamente Sonia llamó un par de veces, cuando podía le devolvía las llamadas y me libraba de ella con la mejor excusa que encontraba, ¡Dios! ¡Sí que estorbaba!
    
    Estábamos otros dos profesores, Tania y yo, ella me miraba con esa cara que ponen las mujeres cuando no pueden ocultar que un hombre les gusta, yo lo notaba y en medio de los tragos y la música, llegué a imaginarla sin ropa, gimiendo, agachada delante de mí, pero, honestamente no imaginé que esa noche pasaría algo. Los que estaban con nosotros se fueron de un momento a otro, pensé en irme detrás de ellos también, pero Tania tocó mi mano, no me miró ni dijo nada más, sin embargo fue toda la señal que necesité para saber lo que quería.
    
    Cuando nos quedamos solos agachó la cabeza y dijo que había tomado mucho, yo tomé su cara con mi mano y le dije que yo igual, la atraje hacia mí y la besé, ¡fue todo un descubrimiento!, parecía una gata hambrienta de placer, rápidamente le manosee sus tetas desesperado y se las chupé a mis anchas, anciaba tener unas tetas así entre mis manos y mi cara, al bajar mi mano por su coño me di cuenta que estaba depilado y totalmente mojado, después de un rato besándonos y de meterle mis de tos en su culo y su coño, de jugar con su clitoris mientras la ...
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