1. Kamila. Parte 1


    Fecha: 20/06/2020, Categorías: Zoofilia Autor: Leinad191, Fuente: SexoSinTabues

    Aviso Importante: Odio perder el tiempo, y no me gusta que los demás lo pierdan por mi causa. Si quieres pasar directamente a la parte erótica. Busca los tres asteriscos como este (*) en el Capítulo II. Gracias por leer, y las siguientes partes serán totalmente eróticas. Capítulo I Kamila. Todo comenzó hace cuatro años. Recién comenzaba a navegar por las turbias aguas de la adolescencia, y uno de los síntomas más conocidos de esa época, comenzaba apoderarse de mi sano juicio. Como ya se imaginarán a que me refiero, sobra decir que lo único en lo que pensaba la mayor parte del día, era en follarme a la sabrosa del salón de clases, follarme a la vecina, follarme a la prima, a la tía, a la maestra de inglés… inclusive, fantaseaba con la madre de algunos amigos. Sin embargo, jamás se me habría ocurrido follar con una perra… literal. Pero, no nos apresuremos. Nadie termina teniendo sexo con su mascota de la noche a la mañana… ¡Iniciemos por el inicio…! Valga la redundancia. Obtuve a Kamila por medio de un amigo aficionado a los perros. Kamila era una pequeña cachorrita “Labrador Retriever”. Al menos eso me dijo mi amigo, yo conozco poco sobre razas de perros (sobre todo porqué mi país está lleno de perros mestizos, o como vulgarmente se les conoce “corrientes”. ) Kamila era un poco diferente al resto de la camada; ella era de un color beis claro, y sus ojos verdes grisáceo… mientras que el resto de cachorros se mantenía en tonalidades negro y marrón oscuro. No soy racista, pero ...
    ... me llamo mucho la atención desde el primer momento, aquella curiosa diferencia. Mi amigo me había prometido un cachorro de regalo (normalmente los vende… Desconozco si eso sea legal, pero suena bastante lucrativo. ) Mi petición fue clara y directa —Quiero este de aquí, el de color blanco —Señale a la cachorrita firmemente. —¿A Kamila…? Pues no sé… —Se quedó pensando por unos momentos. —Me dijiste que podía escoger al que quisiera de esta camada… ¿O, acaso me estabas engañando…? —Pregunte en tono serio. Finalmente cedió, y me otorgo a la cachorrita con un poco de pesar (supongo que sería valiosa para él, por algún motivo. ) Solo quien me conoce, podría comprender a la perfección el significado de la conversación anterior… Pero, digamos que soy una persona bastante persuasiva, e intimidante en ocasiones. Kamila tenía poco más de un mes y medio de haber nacido cuando me fue entregada. Al principio lloraba mucho, quiero suponer que fue algo normal. Pero al cabo de tres o cuatro meses, ella termino por acostumbrarse a su nuevo hogar. Yo le tome mucho cariño, y el apego entre nosotros creció mucho más, que la típica relación dueño-mascota. Cabe resaltar que siempre fue, y hasta la fecha es una perra extremadamente consentida. pero nunca ha intentado desobedecerme en lo más mínimo… Supongo que me reconoce como su líder natural (¿Por qué estoy hablando como César Millán? ja, ja, ja, ja,) Capítulo II Un poco de leche para Kamila. Recuerdo que cuando obtuve a la cachorrita, mi tiempo ...
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