Mi esposa en la cama de su Jefe - Relatos Eróticos

Mi esposa en la cama de su Jefe

Cuando estacioné el auto le pregunté una vez más a mi mujercita si estaba segura de lo que iba a hacer y ella me respondió asintiendo con su cabeza. La calentura que Ana llevaba le impedía articular palabras…Ese anochecer, cuando la dejé en la puerta de la casa de su Jefe; Anita se veía algo inquieta, excitada y muy caliente. Una mezcla de veras explosiva.Apenas habló durante el camino, pero no dejaba de moverse en el asiento, haciendo girar levemente sus caderas y rozando al descuido sus firmes tetas por encima de la seda de su blusa. Sus pezones erectos se perfilaban con nitidez a través de la tela.Unas calles antes de llegar, mi mujercita quiso que nos detuviéramos a un costado del camino.Sin decir palabra comenzó a acariciarme la verga por encima de mis pantalones. Yo separé los muslos y dejé escapar un suspiro mientras ella bajaba la cremallera, sacaba mi verga y se la introducía glotonamente en la boca.Antes de metérsela en su delicada boca, se sinceró conmigo; diciéndome que hacía todo esto para mejorar su posición en el estudio y que dejarse coger por su Jefe no iba a repetirse después de esa noche…Estuvo mamando mi verga durante varios minutos, llevándome al borde del mismo orgasmo. Pero de pronto se detuvo, me miró con picardía y volvió a guardar mi erección dentro de mis pantalones…La miré como pidiéndole que no me dejara así; pero ella sonrió diabólicamente y me ordenó arrancar otra vez.“No quiero que acabes todavía… habrá tiempo después, mi amor…cuando yo te lo ...

... diga…” Dijo suspirando…Llegamos a la casa de su Jefe, un tipo de mediana edad que hacía rato le tenía ganas a mi sensual mujercita. Ahora por fin iba a sacarse las ganas, con la excusa de ascender a Ana al pesto que ella siempre había aspirado.Antes de salir del coche, con un gesto rápido se quitó la pequeña tanga y me la entregó. Era una pieza de tela diminuta, que apenas cubría su labia.Pero tenía el inconfundible olor a hembra salvaje de mi sensual mujercita y una mancha de su flujo en medio de la tela que cubría la entrepierna…“En un rato ya tendrás noticias mías; te llamo a tu celular…”La señal de mi celular sonó como un trueno dentro del auto; donde yo seguía esperando, con la mano en mi verga, acariciándome muy despacio mientras imaginaba la escena que estaría desarrollándose en esa casa, apenas a unos metros de donde yo estaba aguardando impaciente...Un leve resplandor se veía por la ventana del dormitorio. Sin duda esas luces temblorosas eran de unas velas repartidas por la habitación. Pero unos momentos antes la persiana había estado baja…Tomé el móvil con mi mano temblorosa. Había un mensaje de Ana, con un vídeo adjunto… Con el corazón acelerado pulsé el icono y abrí ese vídeo.La verga se me endureció como una viga de hierro, al ver en esa pequeña pantalla a mi dulce mujercita boca arriba sobre la cama, con sus largas y torneadas piernas abiertas al máximo, suplicándole con voz ronca a ese tipo que le clavara su dura verga…El Jefe no se hizo rogar mucho. Asiéndola ...