1. Diario de un putito (2)


    Fecha: 06/06/2020, Categorías: No Consentido Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    A la mañana siguiente bajé solo en el ascensor y esperé al señor Roque un poco inquieto por su tardanza, aunque poco después apareció.
    
    Su saludo fue un “hola, Jorgito” y un beso en la mejilla, a milímetros de la boca…
    
    -Hola, señor Roque, pensé que no venía… -dije y bajamos a la cochera mientras yo pensaba cómo hacer para quitarme la duda en cuanto a su rol sexual… Cuando estuvimos en el auto me dije que no había otra forma que atreverme y ser directo y entonces dije después de aclararme la garganta:
    
    -Señor Roque, usted me… me dice que yo… que yo soy lindo y cosas así…
    
    -Sí, claro, porque es la verdad, Jorgito… -me dijo cuando el auto se ponía en marcha…
    
    -Y entonces yo… ¿le… le gusto, señor Roque?...
    
    -Mucho, Jorgito… ¡me gustás mucho!...
    
    -Ay, pero… pero ¿cómo le gusto? ¿qué… ¿qué me quiere hacer, señor Roque?...
    
    Él rió y dijo: -Ay, Jorgito, ¿de veras no te imaginás lo que te quiero hacer?...
    
    -Bueno, yo…
    
    -Te explico, lindo… Cada vez que bajás del auto con el blazer en la mano y caminás hacia la puerta de la escuela yo me quedo mirándote ese lindo culito que te abulta el jean… Además me encanta tu boca… ¿Entendés lo que te quiero hacer?...
    
    Sus palabras me estremecieron y tranquilizaron al saber que era activo:
    
    -Sí, sí, señor Roque… entiendo… -murmuré sintiendo que una emoción intensa me atenazaba la garganta y que mis mejillas ardían…
    
    -¿Y me vas a dejar que te lo haga?...
    
    Vacilé, pero no por dudar sino por lo nervioso que me sentía y ...
    ... finalmente dije:
    
    -Sí, señor Roque… Hágame lo que… lo que quiera… -dije sintiéndome ardiendo de ganas…
    
    Estábamos detenidos en un semáforo y al oírme me tomó una mano y la llevó a su entrepierna:
    
    -Mirá cómo me tenés, Jorgito… -y me di cuenta de cómo lo tenía cuando mis dedos palparon su verga bien dura bajo el pantalón…
    
    -Ay, señor Roque…
    
    El auto volvió a ponerse en marcha y el señor Roque me preguntó:
    
    -¿Vivís con tus papis, lindo?...
    
    -Sí…
    
    -¿Y tus papis trabajan?
    
    -Sí, señor Roque…
    
    -¿Los dos?...
    
    -Sí…
    
    -¿Y qué horarios de trabajo tienen?
    
    -Se van al mediodía y vuelven a eso de las ocho de la noche…
    
    -Ah, qué bien, nene, así que vos estás muchas horas solito y libre cuando volvés de la escuela…
    
    -Sí, señor…
    
    -Bueno, oíme, yo, como te dije, soy profesor y doy clases en tres escuelas… Vuelvo a casa a las cinco de la tarde, así que a hoy a las cinco y media me tocás el timbre… ¿De acuerdo, Jorgito?...
    
    -Sí, señor Roque… A esa hora le toco el timbre…
    
    Supongo que imaginarán lo que fueron mis horas después de ese acuerdo… Un tiempo vivido entre la ansiedad, el miedo y el deseo…
    
    No aguante más la espera y cuando faltaban cinco minutos para las cinco de la tarde ahí estaba yo, tocando el timbre en el departamento del señor Roque… Me había propuesto incitarlo y entonces llevaba un shocito de jean celeste, musculosa blanca y zapatillas sin medias…
    
    -¿Jorgito?... –preguntó…
    
    -Sí, señor Roque…
    
    Me franqueó la entrada y después de cerrar la ...
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