1. El papá de mi amigo


    Fecha: 06/06/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... Me puse el condón y me llene toda la verga con lubricante y le puse en el culo. Empece a rosarle mi cabeza con su culo pero no duro mucho antes de que me pidiera que se la metiera. Ahí entendí que el papá de Luis no solo era gay, era una perra que le encantaba tener el culo lleno de verga. Se la metí lento y suave, mientras poco a poco entraba escuchaba sus gemidos, impresionantemente gemía muy masculinamente. Cuando llegue a la mitad de mi verga comencé a sacarla y meterla lentamente, pero su culo se adaptó muy rápido por ello se la empecé a meter y sacar cada vez mas rápido. Llegó un punto en que ya se la estaba metiendo con todas mis fuerzas. Toda mi verga cabía perfectamente en su muy dilatado ano. Mis piernas chocaban con su culo, ambos ya sudados sonaba muy fuerte, la cama rechinaba como nunca, y yo mientras me lo cogía con todo lo que tenía, el solo se quedaba quieto y gimiendo mientras yo embestía su culo. Sentía que me iba a venir, pero no quería aún dejar de disfrutar tremendo macho que tenía, así que se la saque lo voltee para que quedara de frente a mí y nos empezamos a besar, era muy masculino y rudo incluso en el faje, rodamos por toda la cama hasta que me puso las piernas detrás de la espalda, lo sabía, quería que me lo cogiera de misionero, mi posición favorita. El condón seguía perfectamente en su lugar, y mi verga igual de dura desde que entre a ese cuarto. El con sus piernas alrededor de mi procedí a meterle mi verga, esta vez no tendría compasión para ...
    ... embestirlo desde el principio. Podía ver perfectamente su cara mientras se la metía, el placer que sentíamos los dos era inmenso y solo podíamos dejar escapar gemidos que ya de tan fuertes parecían gritos. Duramos en esa posición bastante tiempo, la variábamos de lado o sus piernas en mis hombros, pero en si, duramos mucho. Me gustaba cuando el estaba acostado de lado, porque sentía como toda mi verga le entraba, o cuando tenía sus pies en mis hombros, porque me gustaba poder recorrer con mis manos todas sus piernas mientras me lo cogía, era el hombre maduro perfecto y lo tenía todo para mí. Intentamos que el me montara pero creo que ninguno le agradó mucho rápido hicimos otra posición porque a Pedro le encantaba que lo dominara y a mí me encantaba someterlo con mi verga. Una vez más cogimos de perrito pero por alguna razón muy rápido cambiamos d nuevo a misionero. Toda la cogida Pedro me decía lo grande que la tenía pero entre más pasaba el tiempo más me lo decía, lo que me prendía más y hacía que me lo cogiera más rápido y duro. Ya lo podía sentir, la corrida se acercaba y estaba vez no lo iba a posponer más, estaba a poco de tener uno de los orgasmos más placenteros de mi vida. Estábamos frente a frente, veía como toda su cara estaba empapada de sudor, podía sentir las gotas de sudor correr por mi cara y como su cuerpo se encontraba cubierto por una capa de agua, ambos estábamos cansados pero seguimos cogiendo igual o aún más duro que en el principio. Tome a Pedro de los ...