1. El autobús del trabajo. Mi vida de casado III


    Fecha: 03/06/2020, Categorías: Tabú Fetichismo Anal Autor: financiero35, Fuente: xHamster

    ... saliva y contestar algo, pero no me salían las palabras y me estaba poniendo nervioso, entonces fue el autobús el que me hizo un favor y dando un frenazo hizo que Susana cayese sobre mi regazo. Ella pasó sus manos sobre mi entrepierna e hizo un pequeño gemidito y yo no perdí la oportunidad de sonarme el culo y acariciar sus piernas. Se incorporó sin quitar sus manos de mi pantalón y mirándome comenzó a masajear el principio de ereccion qie estaba teniendo.Las cartas estaban sobre la mesa, sabíamos que ambos nos gustabamos y las ganas que yo tenía no podían ni disimularse con semejante piedra bajo el pantalón, ella empezó a contorsionarse, subió las piernas sobre el asiento, levantó el vestido por su cintura dejando ver las medias que resultaban ser con liguero incorporado y unas braguitas negras con incrustaciones de permutas blancas. El autobús ya estaba casi vacío y nos quedaban unos 15 minutos de trayecto, así con delicadeza y sin quitarme la mirada, bajó la cremallera del pantalón y metió su mano buscando mi poya. Yo subía mi mano derecha por si pierna disfrutando de aquella imagen y llegano al centro de su cuerpo, la misma lubricación que tenía mi pene la estaba teniendo ella en su conejito. Acaricié por encima de sus braguitas y le introduje un ...
    ... dedito para notar su calor antes a la vez que ella había sacado mi poya y comenzado a darle unos besitos.Estábamos empapados, yo solo sacaba el dedo de su conejito para secarlo y volver a meterlo con precisión, al compás de las succciones que me hacía con su boca. Comencé a agarrarle de la melena castaña ahogándole contra mi poya y soltándola al notar que iba a tener una arcada para no hacernos demasiado ruido. Estaba siendo una de las mejores no mamadas de mí vida y notaba que ella también disfrutaba.En un momento, y cuando mi poya parecía que iba a reventar de leche caliente, se la sacó de la boca y masajeandola arriba y abajo acercó su boca a mi oído y me susurró:- Necesito que me folle fuerte Jefe, quiero que disfrute del culo que no tiene en su mujer y me lo reviente.Yo no tardé en correrme sobre el asiento del autobús y un poco sobre su mano que sensualmente relamió y tragó. Se incorporó, recolocó el vestido, se calzó y antes de llegar a su parada se sentó sobre mí poya todavía medio dura y con un suave movimiento nos prometimos una segunda oportunidad en su apartamento.Intentaré escribirles próximamente el segundo encuentro que tuvimos, aunque se me agolpan tantas historias que voy escribiéndolas dependiendo de lo que me apetezca en ese momento. 
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