1. Con la menor de mis tías


    Fecha: 01/10/2017, Categorías: Lesbianas Autor: sakh, Fuente: CuentoRelatos

    En la casa de mi familia vivían mis tres tías, mi mama y yo. Entre mis tías la menor era Yuli, una mujer bajita, delgada, de pequeñas tetas, grandes piernas, un enorme culo y una carita angelical de esas a las que dan ganas de quitarles la inocencia, ella siempre fue muy linda y especial conmigo, ya que yo fui el primer sobrino qué tuvo.
    
    Desde hacía años sentía una atracción física por mi tía Yuli, siempre quería estar con ella, la abrazaba para sentir sus pequeños pechos, le daba nalgadas para sentir su enorme trasero y siempre nos despedíamos con un pequeño pico en la boca. Mi tía veía estoy muy inocentemente ya que siempre fue así, pero la verdad es que hacer esas cosas me excitaba muchísimo y a medida que fui creciendo controlar mis ganas de manosearla y besarla era cada vez más difícil.
    
    Al cumplir mis 18 años, mis tías y mi mama me organizaron una linda fiesta, compartimos un rato agradable y bebimos bastante, hasta quedar bastante borrachos, así que cerca de la media noche, mi tía Yuli que era la más sobria de todos, me ayudo a llegar hasta mi habitación para que me acostara, mientras todos los demás ya estaban en su cuarto. Ella me llevaba casi cargado, yo puse mi mano en sus nalgas y se las apreté firme mente.
    
    Y: ¿Qué haces querido?
    
    S: Nada tía, es que tienes un trasero tan grande y hermoso, que no me aguante las ganas (apreté sus nalgas nuevamente y le di una nalgada).
    
    Y: que cosas dices, estas muy ebrio, ya acuéstate acá en tu cama (me tiro a la ...
    ... cama).
    
    S: ¿No me vas a dar mi beso de buenas noches?
    
    Y: Ummm... Está bien, pero ya duérmete.
    
    Ella se inclinó para darme un pico, pero cuando mis labios tocar los suyo, la tomé de la cabeza y no la solté, y empecé a besarla. Al principio ella puso un poco de resistencia, pero luego empezó a abrir sus labios y metió su lengua en mi boca, fue un beso magnifico.
    
    Y: ehhh... (No sabía que decir al terminar el beso) descansa... (Salió casi corriendo de mi cuarto).
    
    Los siguientes días, todo transcurrió como si ese beso nunca hubiera existido, nos saludábamos igualmente con un pico en los labios y jugueteábamos agarrándonos las nalgas, como si nada hubiera pasado. Pero la verdad era que cada vez que la veía en la casa, con esos pequeños shorts o esos vestidos ajustados que le gusta ponerse, me deban ganas de hacerla mía justo ahí. Cuando nos dábamos un pico o podía tocar las nalgas y rozas sus téticas, tenía que irme para el baño o a la lavadora a buscar una de sus diminutas tangas, para masturbarme. Poco a poco estaba perdiendo el control, así que decidí hacer algo.
    
    A las 3 semanas de mi cumpleaños, toda mi familia se fue de viaje excepto mi tía Yuli y yo, ya que ella debía trabajar y yo estaba en exámenes finales. Como la casa es tan grande, yo decidí tomarlo como excusa para poder dormir junto a ella, así que subí a su cuarto, ella ya estaba durmiendo, estaba acomodada de lado, sacando la colita, se veía tan sexy que me la puso dura, de solo verla ahí durmiendo.
    
    Yo ...
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