1. De campamento


    Fecha: 26/05/2020, Categorías: Incesto Autor: DENYS PERVERSO, Fuente: CuentoRelatos

    No pretendo al relatar esto, hacer de mi vida una tragedia o determinar si es real o no, es algo que simplemente me permití hacer. Está sujeto a su criterio si creen que hay maldad existe si no… pues no.
    
    Mi marido falleció a mediados de año. Dejando como testimonio de su presencia dos fortachones y guapos hijos adolescentes. Pero también nos dejó bastante bien económicamente, y por esa misma razón, nunca tuve necesidad de trabajar. Mi intención no es culpar a mi marido de lo que sucedió entre nosotros. Pero lo cierto es que era muy joven cuando mi marido me inició en las relaciones sexuales. Sobra decir que adquirió un fuerte pleito cuando mi familia se enteró de mi embarazo, entre mi padre y mis hermanos le tundieron fuerte. Sin embargo, el nunca evadió su responsabilidad, la verdad mostro que me quería, y mucho valor también para plantarse frente a mi familia.
    
    Me entregue por amor él era mucho mayor que yo. Su apostura y madurez me enamoraron. Amé a mi esposo lo suficiente para extrañar y añorar su presencia. Jamás dude de mi cariño por él, hasta el instante de su inoportuna muerte. Durante nuestros años de matrimonio, siempre disfrutamos del placer sexual sin límite alguno. Él era muy abierto para cumplir mis demandas en ese aspecto. Mención aparte. Siempre he sido muy fácil para alcanzar el orgasmo. Leímos muchos libros y en ellos aprendimos diferentes formas para tener relaciones sexuales. Solo una ocasión le dije que quería probar algo distinto. Pero el, ...
    ... increíblemente me ignoro. Fue algo que provoco cierta frustración en mí. Mas no podía quejarme el siempre mostro buenas formas como un buen padre atento y cariñoso. No me quedo más que vivir con mi frustración. Durante vacaciones llevaba con él a los niños, dos semanas invirtiendo su tiempo por entero, pescando, y viviendo en su enorme casa, que era aquel hermoso lago donde convivía con sus hijos, bajo la curiosa mirada de las estrellas. Aquella ocasión los niños estaban ansiosos. Después de la muerte de David, Erik acababa de cumplir 19 años.
    
    Aquello estaba muy próximo, y no sabía qué hacer, sabía que debía acompañar a mis hijos en ausencia de mi esposo. Pero en verdad no lo deseaba.
    
    La verdad deseaba pasar una temporada en plena libertad. Lejos del yugo de ser madre y esposa. Después de la cena platiqué con ambos, pregunté si querían ir de viaje como siempre. Esperando encontrar desacuerdo en esa opción, lamentablemente ambos deseaban el viaje. Intente disuadirlos con el pretexto de la preparación, pero ellos se ofrecieron a ayudarme sin poder evitar el no deseado viaje. Paolo era el más animado y se ofreció a preparar lo más pesado… empacar. No tenía idea que preparar, era mucha comida para tres personas por dos semanas. La verdad no llevamos tantas cosas, mucho menos que en anteriores ocasiones. Ellos sugirieron llevar platos y enseres desechables cosa que agradecí mucho. El trayecto en el auto rondó unos trescientos kilómetros, más el trayecto hacia las colinas. ...
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