1. Andresito, mi estudiante de 14 años


    Fecha: 29/09/2017, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues

    ... fui a bañarme y cuando entré al cuarto él se estaba despertando. Me vestí algo rápido, pero nuevamente sin bóxer. Solo me puse un short y me quedé sin camisa. Me senté a su lado. Cuando despertó de verdad, puso su cabeza en mis piernas con la mayor confianza posible. A mí ya se me estaba comenzando a parar el guebo, pero intentaba pensar en otra cosa para disimularlo. Él lo notó y me lo hizo saber. —Andrés —comencé a decir. — ¿Sí…? — ¿Te sientes cómodo? —Sí, sí, mucho. — ¿Seguro? —Sí, en serio. —Está bien —dije. — ¿Siempre eres así de atento? —No lo sé, pero lo intento. —dije comenzando a tocarle su cabello, para luego de un rato en silencio viendo la tv, comenzar a tocarle los labios. Volvió su cabeza hacia mí, y ahí fue cuando lo besé. No era una posición muy cómoda y él lo comprendió porque mientras lo besaba, se sentaba hasta quedar frente a mí. Sin pensarlo, comencé a subirle lentamente la franela que le había dado, y como no opuso resistencia, se la quité por completo. —Me gus… —Shhh, no digas nada —lo callé mientras lo besaba. Sus labios eran carnosos pero suaves. Sin yo decirle nada, él se quitó el short. Yo colaboré y me quité el mío también. Lo lancé a la cama, de manera que yo quedara encima de él. Así, le quité el bóxer que tenía. Por fin podía ver su cuerpo blanco, suave y terso, desnudo. Era totalmente lampiño, lo cual me encantaba. Y pálido. Lo cual me encantaba más. — ¿Por qué cierras los ojos? —le pregunté. —Tengo algo de pena. — ¿Pena? —Sí, pero ...
    ... tranquilo, me siento cómodo con los ojos cerrados. Puedes hacerme lo que quieras. —Como usted ordene. —sentencié. En menos de un minuto me había dicho que era virgen y que no había hecho algo más allá de un chupón, además de no haber hecho nunca nada con algún hombre. Verlo ahí desnudo, y solo para mí, me excitaba demasiado. Era casi de mi tamaño, y si me hubiera mentido y me hubiese dicho que tenía 17, le hubiera creído. Pero no; tenía 14. Y era mi estudiante. Comencé a besarlo con calma, tranquilamente, después le chupaba la piel de una manera más morbosa, hasta llegar a su cuello, para terminar en una de sus orejas, lo cual pude notar que le encantaba por la manera en que movía su cuerpo sin frenesí. Estaba todo dicho: ese era uno de sus puntos débiles. —Qué rico —decía él en un tono de voz casi inaudible. Luego comencé a chuparle el pecho hasta llegar a una de sus tetillas, la cual chupé, lamí, y mordí, y con cada acción que hacía, recibía un gemido de Andresito. Eso me volvía loco, verlo disfrutar era mi mayor placer. Seguidamente llegué hasta su miembro. No era muy grande, por supuesto, pero para su edad era normal. De igual manera tenía un guebo rico, era derechito y tenía un tamaño con buena proporción. Se lo masajeé un rato, haciéndolo gemir, para luego tragármelo todo, absolutamente todo, y eso lo hizo liberarse más de la presión que tenía. Desde ahí comenzaba a dejarse llevar más. —Uff, nunca me habían hecho eso. Sigue, por favor. Sus deseos eran órdenes, porque yo seguía ...
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