1. Andresito, mi estudiante de 14 años


    Fecha: 29/09/2017, Categorías: Gays Autor: alej97, Fuente: SexoSinTabues

    Cuando lo vi, me detuve enseguida a admirarlo. Estaba sentado en la dirección esperando. De momentos veía su teléfono, y de momentos veía de un lado a otro, como pensativo. Se veía hermoso. Tiene catorce años. Es blanquito. Usa un cortesito de cabello de mariquito, su carita es perfilada, tiene una sonrisa de ángel, es alto, casi de mi tamaño. Y su cuerpito es lo mejor: es acuerpadito. Tiene carnita de donde agarrar. No es flaquito, ni mucho menos gordo, sino que tiene un cuerpito promedio, lo que me resultaba más delicioso. Cuando se levantó y le vi el culo, me excité y todo. Lo tiene paradito y tiene unas piernonas que me encantaron. No aguanté e intenté fingir entrar a la dirección a equis cosa solo para saber un poco más de él. Cuando me vio, supe enseguida que ese niño era gay, pero era muy probable que ni él mismo lo supiera todavía. ¿Me comprenden? Es como un octavo sentido que tenemos los maricos para detectar carne fresca, es como un maricómetro que se activa enseguida. Además, me lo confirmó el hecho de que me vio más de lo que debería, y sí, sé que una persona normal diría que exagero, pero solo ustedes pueden entenderme, espero. La directora se levanta y me lo presenta, diciéndome que era su nieto y que ahora entraría a mis clases porque necesitaba ponerse en movimientos nuevamente con las matemáticas, puesto que pronto presentaría exámenes finales en su colegio, en un mes. El niño, no tan niño, me tendió la mano y dijo que se llamaba Andrés. Andrés Hernández. Su ...
    ... mano era suavecita. El nieto de la directora se había vuelto toda una celebridad en el colegio. Las niñas esperaban ansiosas mi clase de matemáticas puesto que lo verían. Y he de admitir, que a veces yo también me ponía ansioso. Era un estudiante precioso. Y no solo a mí y las niñas había cautivado Andrés, sino que ciertas compañeras mías, en ocasiones mencionaban que era un niño muy bello y esas cosas. — Ese carajito es marico —le decía yo a la secretaria, que era una muy buena amiga. —¡¡¡Que QUÉ!!! —decía ella. —Como te digo, Adriana. —No vale, tú estás viendo maricos donde no los hay. —Bueno, tú sola te darás cuenta. — ¿Será que sí? —se ponía a pensar ella. Pasado los días, Adriana me dio la razón y no directamente a mí, sino con sus compañeras. —De pana que ese carajito es marico, porque yo decía mil y un chistes y ni se movía, en cambio este decía “A” y Andrés no lo dejaba de ver. —se refería a mí. —No vale, tampoco así. —Claro que sí, ahora te vas a hacer el loco. —Estás loquita. —Mosca con una vaina es lo que es, que ese es el nieto de tronchatoro. —Relájense. Yo no tengo la culpa de tener mejores atributos que ustedes, a la hora de levantarse a un hombre. —les decía a ellas en modo de broma, haciéndolas partirse de risa. —Ridícula —me bromeaba Adriana. —Envidia mami —decía yo— Eso se llama envidia. Al final me dejaba pensando lo que había dicho Adriana y decidí ponerlo a prueba a ver qué tan cierto era. Y después de una semana, sí, confirmé que Andrés sí se me quedaba ...
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