1. Martha, la directora de la escuela de San Fernando. Capitulo 1


    Fecha: 09/05/2020, Categorías: Incesto Autor: adalberto1979, Fuente: SexoSinTabues

    ... provocaban orgasmos de locura. Ella se bajó se su papá quedando casi de frente a su bulto, lo acaricio volteando a ver a su papá a los ojos ‐ Y ¿si como mi postre primero? ‐ No mi amor, ese te lo comerás por otro agüero, dormiremos juntos y jugaremos ‐ ¡si! La pequeña Martha Grito emocionada, cenó rápidamente, pero solo comió la tercera parte de lo que le sirvió, sabía que se la cogería por el culo y si cenaba mucho podría cagarse y como quiera su papá la haría mamarle la verga y a ella todavía no le gustaba ese sabor. Terminando la cena subieron a la recámara, ni siquiera recogieron los platos, llevaban prisa, Martha se dirigió al baño a lavarse bien sus huecos, mientras su papá la esperaba desnudo en la cama, la pequeña salió con una bata transparente de su madre que le llegaba más allá de los tobillos, de hecho parte la bata arrastraba de lo grande que le quedaba, pero sabía que el ponérsela excitaba mucho a su padre, el la esperaba desnudo y con la verga parada mientras se masturbaba solo, sus piernas obscenamente abiertas y flexionadas, para que apreciara mejor el oscuro agujero de su gordo culo. Martha se acercó y se quieto la bata a un lado de la cama, su cuerpo desnudo fue alumbrado por la pequeña lámpara del buró, esta pequeña luz fue suficiente para que fueran reveladas todas las marcas que su cuerpo poseía, tenía marcas de chupetones por todo el cuerpo, su papá se las hacía; solo en el cuello, brazos y piernas no, porque se notarían, pero todo lo demás estaba ...
    ... permitido, las marcas adornaba sus costillas, su abdomen infantil, el labio mayor derecho estaba morado e hinchado de la última chupada que le dio, a ella le dolía un poco, pero escuchar a su papá bramar como toro mientras la poseía valía la pena. El papá miró con lujuria enferma el cuerpo de su pequeña hija, se relamía los labios viendo como ella se acariciaba solita y pasaba una mano por la rajita, lo hacía lentamente para que él apreciara como ella solita se iba excitando poco a poco, que cabe decir ya estaba más que mojada desde que se había puesto la bata transparente para su papá. ‐ Ven aquí hija—dijo Ruperto golpeando con la palma la cama ‐ ¿Qué me vas a hacer?—preguntó la niña con malicia ‐ Te voy a coger ‐ ¿Por dónde? ‐ Por tus tres huecos ‐ Lo harás fuerte—decía la pequeña Martha mientras metía dos dedos a su rajita ‐ Tanto que gritaras de dolor ‐ ¿Me nalguearas? ‐ Sí, mucho, te dejaré tus nalgas rojas como tomate, luego las chupare y te las dejaré moradas ‐ ¿Me dolerá? ‐ Sí, mucho, pero no me detendré La rajita de la pequeña Martha era un charco de agua, ella estaba segura que si abría las piernas un hilo de baba caería hasta el suelo; con una sonrisa cómplice se subió a la cama mirando directamente a los ojos pervertidos de su padre, cuya verga saltaba sola como un caballo en su corral. Se acercó a sus papá y percibió el olor a pasta dental, sus caras estaban muy cerca y respiraban el aliento uno del otro, la pequeña tomó la verga de su papá y la masturbó suavemente, ...
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