1. precoz


    Fecha: 03/05/2020, Categorías: Masturbación Autor: spymywife80, Fuente: xHamster

    Historia sexual de un eyaculador precozSon pocos los recuerdos e imágenes vinculados a lo sexual que conservo de la infancia. En mi familia el sexo y todo lo relacionado con él siempre fue ignorado, ocultado o negado. Creo que de esta conducta familiar me ha quedado la secuela de considerar al sexo como algo que entraña cierta malignidad, algo oculto y prohibido. No es que en mi familia - ni siquiera yo mismo- se piense así, pero si bien intelectualmente pienso en el sexo como una fuerza de la vida estrechamente relacionada con el amor, la alegría y el placer, algo en mí siente las cosas distintas. De hecho en todos estos años he encontrado en el sexo muy poca alegría y casi ningún placer.Conservo algunas pocas imágenes. Los fines de semana por la mañana mi hermano y yo solíamos introducirnos en la cama de mis padres cuando ellos todavía no se habían levantado. Una de esas mañanas me llamó profundamente la atención que mi madre no llevara ropa. Ella trataba de que las sábanas la cubrieran un poco mientras mi hermano y yo, como era nuestra costumbre, nos metíamos entre las sábanas como gusanos. En mi mente la desnudez matinal de mi madre y sus intentos de ocultarla reverberaban de una forma extraña y oscura. Creo que a esa edad yo nada sabía de las relaciones sexuales entre el hombre y la mujer.Otra imagen es la de mis padres abrazados desnudos bajo el agua de la ducha una vez que me asomé por la ventana del baño para decirle algo a mi papá. Acá ya era un poco más grande y ...
    ... relacioné esta imagen con algo vagamente erótico. Me sentí bastante idiota por la interrupción.A veces mi mamá se mostraba desnuda delante mío o de mis hermanos; en su habitación mientras se cambiaba o en el baño al entrar o salir del agua. Siempre me incomodaron esas situaciones y creo que a ella también.Las pocas veces que yo hice alguna pregunta que de alguna u otra manera llevara a una respuesta relacionada con lo sexual se me contestaba con evasivas o ridiculeces. Al menos eso es lo que recuerdo. Uno de los conceptos que merece el premio mayor a la pavada y a la negación de la sexualidad fue el que me transmitió una vez mi tío explicándome que la erección estaba directamente relacionada con las ganas de orinar.La información afín a la sexualidad y la reproducción humana que yo manejaba a mis once, doce o trece años la había obtenido mayoritariamente de mis compañeros de colegio, o de mis propias deducciones. De todas maneras ya a esa edad había aprendido a no buscar respuestas en mis padres o familiares. Cuando yo tuve trece años apareció dando vueltas por la casa un librito ilustrado que se llamaba algo así como “¿Qué me está pasando?”, cuya lectura ordenó un poco mis desperdigados y confusos conceptos. Mis padres dejaron caer el libro por ahí y con eso se dieron por aliviados de la cuestión.No fue sino hasta un tiempo después que oí hablar de la masturbación. Hasta entonces (estoy hablando de cuando ingresé al primer año del colegio secundario) no tenía idea de la ...
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