1. Una cena para la eternidad


    Fecha: 25/04/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: cliksexy, Fuente: RelatosEróticos

    Que cierto es que cuanto menos preparas una noche de fiesta mejor te sale. El caso es que ese sábado por la tarde, mientras volvía de jugar un entretenido partido de fútbol para aficionados, llamé a casa para saber que plan teníamos para la noche. Era un sábado de noviembre, estaba llegando el frío e incluso no era descartable un chaparrón, así que supuse que el plan era casa y tele. Sin embargo, mi mujer me dijo que nos habían invitado a cenar en su casa unos amigos argumentando, precisamente, eso de que la noche se presentaba “fea”. Cosa que no fue así como pudimos comprobar. Aunque él y yo nos conocemos desde hace tiempo son ellas las que tienen más nexo de amistad. En fin, no es que a mi me volviera loco la idea de esta velada, pero como tampoco había mucho más donde elegir y a mi mujer le apetecía reirse un rato con su amiga, acepté sin pegas. Al llegar a casa, aunque me había duchado en el campo, me metí en la ducha un rato más. Y ya puestos pues me acicalé bien la zona genital, me rasuré lo justo para darle un aspecto … digamos atractivo … por si a la vuelta de la cena teníamos festival en casita. El caso es que manejando mi polla en la ducha para afeitarme, que si pa´rriba que si pa´bajo se me puso en estado de alerta y al salir de la ducha mi mujer, que se estaba preparando frente al espejo, al verla no dudo en cogerla, sobarla un poquito con delicadeza y darme unos cuantos tironcitos hacia atrás, a modo de masturbación. Sonrió picaramente y la tapo con el albornoz. ...
    ... Me puse unos boxer sexys y me vestí. Quería estar cómodo y como ibamos a estar en una casa y no en la calle, supuse que no hacía falta mucho abrigo, así que con un vaquero y una camisa gordita y arreglada tuve suficiente. Eso sí para salir a la calle me puse una chaqueta abrigadita. Mi mujer se había puesto un traje blanco de cuello vuelto que le llega a medio muslo con un cinturón negro ancho y unas medias negras con unas botas altas del mismo color. Y para salir un abrigo. Todo regado con un perfume que calaba mis sentidos y encencía mi libido con cada inspiración.
    
    No tardamos en salir en dirección a casa de estos amigos. Queríamos llegar pronto con la intención de ayudar a preparar las cosas y por si había que hacer alguna compra de última hora. Llegamos en coche a casa de “Lalo” y “Lola” (que es como llamaré a estos amigos para preservar la intimidad). Ciertamente tengo que reconocer que Lola no es una mujer que disguste ni mucho menos. No es excesivamente guapa pero tiene una cara muy morbosa, un buen cuerpo, con buenas tetas, al menos sobre la ropa así parecía siempre y unas piernas bien torneadas. Lalo era un tío no muy alto, quizá incluso algo más bajo que yo (mido 1.81) pero siempre había echo deporte así que tenía buena constitución atlética y robusta, aunque como yo, la curva de la felicidad y la inactividad comenzaba a notarse más de lo que debiera. Cuando llegamos estaban aún sin arreglar, los dos en chandall, preparando aún la cena que consistiría en un poco ...
«1234...7»