CORNEADOR - Relatos Eróticos

CORNEADOR

... largo con gafas de sol sobre ellos, rellenita lo justo, en las fotos se adivinaba que tenia dos buenas tetas y por sus muslos pensé que un buen culo como a mi me volvia loco en las maduras, para nada una mujer baja, 1,71 de altura, cuando habia terminado con él, y me hablo de su mujer, hacia mucho que no tenia yo una erección como la que tuve escuchando a su marido hablar sobre ella. Estaba de acuerdo hasta cierto punto en todo, incluso le habia propuesto un intercambio deparejas que él no quiso prefería esto y ella habia dicho que ella tendria la última palabrauna vez nos conocieramos, ahora su marido me hablaba de ella, de sus gustos, ante la gente, como ante mi, me pareceria una mujer segura de si misma, así empezó hablando de su esposa, pero en el sexo, me hizo incapie en la palabra que iba a usar y que no confundiera, le gustaba la humillación, no el sado, sino la humillación , me contó como los mejores polvos que ella tuvo, fue los momentos en que jugaban a ello, le chiflaba, la pusiera sobre las rodillas y la azotara las nalgas, que fuera fuerte sin miedo, era lo unico que le ponia de golpear, que no le apretara los pezones pues los tenia muy sensibles,y no el gustaba que le hicieran daño ahi, pues entonces paraba todo por el dolor recibido, le gustaba que la obligaran a chupar la polla no que ella la cogiera, que la cogieran del pelo pero sin tirar de él y obligar a bajar la cabeza, a que se arrodillara y le gustaba lamer mucho los pies desnudos, que la obligaran a ...

... eso, todo eso le hacia mojarse mucho el coño, como que el hombre la pusiera en las posturas que él deseara, no que ella eligiera, o que la obligara a hacele una paja con sus tetas. Cuando aquella tarde nos despedimos, fue la primera tarde que realmente fui muy caliente a casa, anto que os diré que busqué por internet una puta madura y me la follé esa noche, pero ya tenia metido el veneno de desear tirarme a aaquella mujer. Sabía que el siguiente paso el de conocer a ella iba a ser pronto tras esa confesión, así fue tres dias despues en la tard y en el mismo lgar de siempre, e presentó a su mujer, esa primera cita, con ella, fue simplemente de conocernos de charlar y intuí ue no me sobrepasar de listo o ella pasaría, por lo que preferi ser reservado, como con su marido ocurrió, tras esa primera cita, comenzó a seguirle varias más y tanto ella como yo destapando nuestra personalidad, como comprendiendo que me iba aceptando para el juego, yo cuando volvia a casa, siempr e solo pensaba que era un pedazo de hembra. Habia pasado un mes y una semana desde la primera cita, con su marido, como me habian demostrado y yo a ellos, buscaban auna relación y no algo esporadico y ese jueves por la noche por skype,él me propuso el primer juego, sabía que estaba ante un matrimonio aburrido, que deseaban volver a tener una ilusión en el sexo, pero ellos asu vez no sabian que a mi me ocurria lo mismo que a pesar de mi edad, fuera por los motivos que fueran las mujeres de mi edad no me excitaban me ...