1. Gordita pero sabrosa


    Fecha: 05/04/2020, Categorías: Anal Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Pero regresemos a lo que iba. Resulta que esa noche estábamos con unos tragos encima. Ya me la había cogido varias veces pero hasta ese momento no había tocado su culito. En realidad un culazo porque ella es gordita como ya les había comentado.
    
    Empecé a besarla y le dije que esa noche quisiera darle por el culo.
    
    Ella se rio, pero no se negó.
    
    - Te lo haré de a pocos, no tengas miedo, le dije y bebí otra copa.
    
    - No tengo miedo, dijo ella con voz melosa.
    
    - ¿Segura que podrás soportar todo esto?, le pregunté bajando la cremallera de mi pantalón y sacándome la verga.
    
    - ¡Está muy dura!, exclamó ella cogiéndola con sus dos manos.
    
    - Déjame lubricarte un poco antes, le dije.
    
    Busqué en mis bolsillos una crema lubricante que siempre traía conmigo desde unos días antes. Ya le tenía ganas a ese culo y pensaba romperlo a la primera oportunidad. Solo era cuestión de tiempo. Karen era de las que se hacen de rogar un poco al inicio pero después se entregan por completo.
    
    - Ponte en cuatro, le dije.
    
    Obedientemente se ubicó sobre la cama, primero de rodillas y luego inclinándose hacia delante hasta que su cabeza toco el colchón, sus codos apoyados en la cama cubrían su rostro. Se notaba que no era la primera vez que se ofrecía así ante un hombre pero eso no me importaba mucho.
    
    Como ella no se bajaba la ropa, lo hice yo mismo. Fui bajando su ceñido jean y fui desvelando su redondo trasero, cubierto solo por un hilo dental blanco que ella traía para la ...
    ... ocasión.
    
    Cogí el hilo y lo bajé con presteza. Estaba húmedo en sus partes íntimas. Se había depilado, sus labios vaginales parecían ansiosos por recibir mis atenciones.
    
    No quise distraerme, mis manos apretujaron sus nalgotas, luego separe cuidadosamente sus glúteos y pude ver bien su anito
    
    - Apúrate... sususró ella con la voz enronquecida por la excitación.
    
    Esparcí sobre su esfínter anal, la crrema. Era evidente que estaba ansiosa.
    
    Mis dedos masajearon su arrugado esfínter y las zonas adyacentes, con movimientos circulares, luego a manera de espiral, de afuera hacia adentro, presionando suavemente al final, de tal forma que su ano se fuera haciendo a la idea de que mi dedo iba a penetrarla.
    
    Cuando sentí que su estrecho anillo no oponía mayor resistencia. Mi dedo meñique derecho hizo el mismo recorrido en espiral un par de veces, solo que esta vez presionaba con más fuerza al final y note que su ano cedía fácilmente. Fue entonces que decidí profanar su orificio anal, lentamente fue ingresando mi dedo hasta la uña.
    
    - Ahhhhh..., exclamó ella sorprendida y excitada.
    
    Ella se contrajo, apretando las nalgas y a su vez su esfínter presiono mi dedo, primero noté cierta resistencia, luego su ano se tragó todo mi dedo.
    
    Karen se movía algo inquieta. Separó las piernas para que fuese más fácil el acceso.
    
    Mi dedo meñique hacia un recorrido más largo, desde la mitad del dedo hasta el final, hasta donde su arrugado anillo me lo permitía. Al principio las incursiones eran ...
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